Se inauguró un memorial en homenaje a Marilu, al año de su fallecimiento
Fue el último sábado en el lugar del trágico accidente. El mural se compone de imágenes de relieve
El último sábado y luego que de el pasado 3 de enero, se cumpliera un año del trágico accidente de tránsito ocurrido sobre ruta nacional 14 a la altura de Cruce Caballero San Pedro, que se cobró la vida de Marilu Leverberg, reconocida representante de UDPM, en su homenaje se descubrió un memorial, justo en el lugar donde ocurrió el terrible hecho. El momento se vivió con enorme emoción.
El memorial se concretó en el marco de un compromiso asumido en su momento por parte del sindicato y el intendente Miguel Dos Santos, a fin de recordar para siempre a una figura que llevó adelante varios acciones para mejorar la situación laboral de sus pares y guardar en el recuerdo el especial cariño que tenía Marilu por la localidad.
La obra se destaca en el punto donde comienza la nueva traza de la ruta nacional 14, sentido San Pedro-Bernardo de Irigoyen, hoy totalmente asfaltada, ya que cuando ocurrió el accidente se debía transitar por tres kilómetros de tierra. El memorial consiste en un mural con imágenes en relieve donde se observa un reloj, el libro de la vida y el rostro de Marilu.
«Su rostro es energía, que nos contempla del más allá, nos inspira y nos impulsa con la fuerza que tenía a seguir transitando caminos de tizas para todos los misioneros, y sindicalismo entendido como servicio en la defensa de las conquistas de más y mejores derechos para la docencia misionera» explicaron desde el sindicato sobre el significado del rostro de la docente en el memorial.
De la ceremonia de descubrimiento, colocación de ofrenda floral y bendición, realizada pasada las 17:30 del sábado, participaron integrantes de la comisión directiva de UDPM, el intendente Miguel Dos Santos y funcionarios del CGE.
La construcción del memorial, realizado por el artista Humberto Díaz de Oberá, se realizó mediante el aporte económico de UDPM y de la municipalidad como así también la predisposición del propietario del lugar, Gilberte Griger, quien cedio el espacio para que se pueda realizar el mural.