Vendía comida en la calle y ahora cumple su sueño de tener su propia panadería

Ramona Margarita Portillo vive en Miguel Lanús, Posadas. Es jubilada y con 67 años se desempeña como emprendedora de comidas rápidas.

«Yo siempre vendía panes, pero vendía en la calle, cuando era más joven y mis hijos eran chicos», inició diciendo Ramona.

Margarita, como la conocen los vecinos del barrio 6 de septiembre, realiza, de forma permanente, actividades en busca de ayudar y generar unión entre sus próximos. En relación a ello comentó: «siempre hice locro para darle a los vecinos. Ahora, como la economía está difícil, ya no puedo regalar como antes pero, seguimos compartiendo juntos siempre que podemos.

Al mismo tiempo contó que hace poco, celebraron el Día del Niño en el barrio. « El salón se llenó de gente, de padres e hijos; fue algo muy lindo». Asimismo, refirió a la ayuda que recibe por parte de sus pares: «mis vecinos colaboran mucho conmigo comprándome las cosas».

Recientemente, la emprendedora recibió una Cocina Semi Industrial y una Freidora de la mano del IFAI la cual, como destacó, estrenará en una reunión con las madres del barrio. «Ahora, con la ayuda que me dio el IFAI, voy a poder reunir a las madres por su día y de paso, inaugurar mis cosas», dijo Margarita de forma alegre.

Asimismo, destacó el cambio que significa en su vida el contar con las herramientas adecuadas para trabajar: «Le doy gracias a Dios, y muchas gracias al señor Roque Gervasoni que, sin conocerme, confió en mí. Ahora, con esta ayuda del IFAI me va a ir mucho mejor porque tengo para hacer pan, galletas, cosas dulces, empanadas, papas fritas, de todo», manifestó y agregó: «en la pandemia, mi hija me ayudaba, hacia todas las cosas dulces. Ahora, esto me facilita mucho».

En tanto, contando el trabajo que realiza hace años, Margarita resaltó: «siempre vendía en mi barrio, en mi kiosko y ahora, tomé la iniciativa de añadir panadería a mi kiosko; así los vecinos siempre tienen dónde comprar. Ese es mi sueño, tener la salida de la panadería e incorporar pan, cosas dulces. Poder ir viendo y experimentando cuánto se vende por día».

En este sentido, la emprendedora explicó que con la ayuda brindada por el IFAI “concretó su sueño porque de lo contrario, sería imposible”.

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