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Hugo Passalacqua: «El misionero volverá a votar a la Renovación en 2023»

Luego de haber ejercido por cuatro años la gobernación de Misiones (2015-2019), Hugo Passalacqua transita su tercer año como vicepresidente de la Cámara de Representantes de la provincia, con la firme convicción de formar parte de un espacio político que supo dar respuesta a la demanda de los misioneros y las misioneras.

En una entrevista conENFOQUEMisiones recordó con alegría sus inicios en la actividad política, a la vez que rememoró la invitación que recibió para formar parte del Frente Renovador de la Concordia (FRC), allá por el año 2003, por parte del conductor del espacio político, Carlos Rovira.

Consciente de la compleja situación económica por la que atraviesa la Argentina, desde hace muchos años, consideró que todo aquel que cumpla y ejerza una función pública, no debe encerrarse en su despacho, sino que debe embarrarse los zapatos y salir a buscar soluciones a los problemas que tiene la gente.

«La realidad es perturbadora, la realidad no está bien, hay muchas desigualdades, por eso creo que hay que hacer un esfuerzo colectivo de ocuparse, no solo de comentar», observó.

Passalacqua expresó su diferencia con la beligerancia que se plantea en la política nacional, donde opositores y oficialistas se acusan de manera constante, con discursos violentos y agresivos.

«Todo esto degrada mucho la política, y a la gente eso le enoja. En este contexto de agresiones de la política nacional, Misiones es una maravillosa isla, a la que faltan cosas, sí, pero es una maravillosa isla», destacó.

Sobre las elecciones provinciales del 2023, año en que la Renovación cumplirá 20 años como partido de gobierno, el exgobernador está convencido de que el misionero y la misionera volverán a depositar su voto de confianza en el Frente Renovador de la Concordia.

«Creo que el misionero y la misionera el próximo año va a defender lo suyo, porque esto (por el espacio político) es una creación de los misioneros. La Renovación es una atmósfera, un concepto creado por el pueblo misionero, que decidió tomar el destino en sus propias manos, agarrar las riendas del destino y que nadie decida por vos. Eso se va a notar a la hora del voto y la gente nos va a volver a dar ese voto de confianza en el 2023», confió.

¿Cómo está Hugo Passalacqua hoy, después de esta larga trayectoria en la política?

Si uno considera a la política como un acto de servicio, uno nunca puede estar feliz. La política es justamente ocuparse del otro, del vecino, de la ciudad. Si uno está satisfecho como político quiere decir que ya no le interesa más el sufrimiento de los demás, ni que le pasa al vecino. Si como político sos muy feliz, quiere decir que no estás haciendo las cosas bien, que las cosas no te duelen más, dejás de servir. El político no debería ser una persona feliz, sí plena como persona, pero eso no es la felicidad, debe perturbarle la realidad, porque la realidad no está bien, pero no de ahora, nunca estuvo bien.

¿Siente que el desempeño que tuvo en estos años en la actividad política cumplió con las expectativas que se propuso como político?

No me siento un político, me siento una persona que hace política. Soy un docente que hace política. Soy una persona que está haciendo política.

En cuanto a mis inicios en la actividad política comencé cuando tenía 15, 16 años en el Centro de Estudiantes Secundarios de Oberá. Comencé siendo secretario general del Centro Estudiantes, que sería su presidente, y sin darme cuenta me puse hacer política, no era partidaria, pero era política. Era ocuparme de los demás, de tus vecinos, de tus amigos que estaban en la secundaria en ese momento y que tenían dificultades para comer, para conseguir pasajes, para conseguir libros. Así empecé y siento las mismas furias, las mismas ganas, la misma convicción de esos tiempos. El motor móvil interior es el mismo de aquella vez, de aquel Huguito, de tratar de ocuparme de los demás, de intentar hacer lo que pueda, dejar el tiempo de uno lado para volcar tiempo a la política partidaria, porque uno puede desde ahí hacer muchísimas cosas más por los demás.

Mi vocación, mis ganas y mis convicciones es exactamente igual que cuando tenía 15 años.

Y no se cansa…

No, porque la realidad es perturbadora, la realidad no está bien, hay muchas desigualdades, de género, económicas, de movibilidad. Creo que hay que hacer un esfuerzo colectivo de ocuparse, no solo de comentar. Hay que embarrarse los zapatos y salir a buscar las soluciones.

¿Hay algo que le molesta de los políticos? O, ¿que no haría nunca como político?

El tema de la vanidad es algo que está muy asociado a las personas que estamos expuestas ante la sociedad. Uno a veces es proclive a creérsela y se come ese viaje, se la cree y cree que porque sos conocido, sos importante. Y no, no es así, no sos importante. Tenés la misma importancia que cualquier persona del mundo. Todos somos hijos de Dios, todos somos iguales.

Pero tengo un acto, cometí un acto, y dije que sí me tocaba ese lugar, de ser gobernador, dije eso lo voy a hacer, y era sacar el cuadro del gobernador de las oficinas públicas. Eso me parecía un acto de imposición, de abuso de vanidad. Me resultaba muy molesto y cuando me tocó serlo, el primer acto de gobierno fue descolgar los cuadros donde tenía que estar supuestamente yo y ponerlo a Andresito Guacurarí, porque él, en todo caso, simboliza el proyecto de los misioneros, más allá de los partidos. Este es el hombre de reivindicación del ser misionero más profundo. Me parecía que Andresito resumía todas esas cualidades y condiciones que uno desea que sea el misionero de ley.

Es muy común recibir halagos o pleitesías cuando uno ocupa cierto espacio de poder. ¿Le gusta? ¿Qué le genera?

No, no me gusta. Los halagos me generan vergüenza porque estoy cumpliendo con el trabajo, la función que me asignaron. Estoy haciendo lo que debo hacer.

Muchas veces la política, las personas que actúan en ella, se encierran mucho, no me refiero acá en Misiones, sino en general, en Italia, en Estados Unidos. Tratan de meterse en sus oficinas, porque afuera te encontrás con cierta hostilidad, y no te querés encontrar con los problemas, porque cuando te los encontrás, los tenés que solucionar. Entonces para algunos (políticos) es mejor casi ni verlos, entonces así mágicamente no existen esos problemas. Y encerrado en tu despacho estás como en resguardo y eso es pésimo para la política, porque lo aleja de la gente. Estás tan lejos que ya no distinguís el problema y ya no sabés quien sufre y quién no.

El político debe estar en contacto con la gente, en cercanía, y si podés, tocándolo, abrazándolo. La política tiene que dar afecto también.

En este mundo convulsionado, ¿cómo está la provincia de Misiones?

Todo comenzó con una llamada de Carlos Rovira y me encuentro con un proyecto político muy copado, y que era hacer un movimiento misionerista, provincialista, alejado de los intereses del puerto que nunca fueron buenos para la provincia. Pensar por nosotros mismos y no por la gente del país central. No responder a ellos, sino que somos pares, no subordinados. Todo ese concepto poderoso fue lo que me planteó. Y entonces le dije está bien, pero hay que enfrentar a grandes fuerzas políticas, nosotros no tenemos nada.

Ante esta propuesta, le digo querés hacer algo testimonial, poner un diputado, y me responde no, vamos a ganar. Y le digo, pero mirá que faltan cuatro meses para las elecciones. No teníamos partido, no teníamos sublema, no teníamos candidatos, no teníamos nada. Y sin embargo él me dijo una cosa. Me dijo que está viendo y escuchando algo que ustedes no están viendo ni escuchando. Y que el corazón del misionero de a pie está esperando ser él (el misionero) el que de las órdenes, que la agenda de lo que se debe hacer en Misiones la marca el misionero y la misionera, no el poder central, sino que el propio pueblo tome las grandes decisiones y nosotros seremos instrumento de esa decisión.

En ese momento era un desafío no intelectual, sino físico, porque había que salir a trotar la provincia a alta velocidad. Y lo hicimos, y a partir ahí Misiones fue otra provincia para bien.

Y me dirán faltan cosas. Y sí. Hay cosas que nos equivocamos, sí. Pero si mirás el trayecto punto por punto, sea salud, educación, medio ambiente, seguridad, estamos mucho mejor que años atrás.

En términos económicos, volumen económico, pasamos de ser la provincia 17° provincia a ser la 7°, y eso es obviamente por una buena conducción política del ingeniero Carlos Rovira. Pero, sobre todo, porque el pueblo misionero es muy trabajador. Había que liberarle de energía, destapar una olla, y eso fue lo que hizo la Renovación, le dio condiciones, y le dijo al pueblo haceme la agenda que yo la voy a llevar adelante.

Como dato relevante que resume el trabajo de la Renovación, nosotros construimos acá en Misiones 700 escuelas en todos estos años y la Argentina en el mismo lapso hizo 700 escuelas. O sea, Misiones, el 2% del territorio, con un millón y medio personas, hizo tantas escuelas como 45 millones de habitantes.

Además, en todo este tiempo avanzamos en tecnología, estamos mirando el futuro con el Silicon Misiones, con la Escuela Robótica, abríamos el banquito, que le digo al Fondo de Crédito Misiones, volcando cientos y miles de millones a la calle para que la gente haga y genera sus emprendimientos. Estas son políticas públicas, activas, en una economía que está en decadencia en los últimos cuatro, cinco años. Hicimos cosas muy fuertes, como la Zona Aduanera Especial que fue una hazaña inventada por el ingeniero Rovira y que la gestionó muy bien el gobernador Oscar Herrera Ahuad, un gran gobernador, un gran gestor, que la llevó a cabo.

Estamos metidos, encajonados entre países maravillosos como lo son Paraguay y Brasil pero que tienen su sistema monetario y necesitamos un tratamiento especial de impuestos, necesitamos una política particular sobre viviendas que es un gran déficit que tiene Misiones, aunque entreguemos 10 mil casas al año, es insuficiente por la cantidad de jóvenes que se incorporan a la vida familiar, son 30 mil nuevos cada año. Otras provincias no tienen esa temática, Misiones al ser joven, tiene una problemática que otra no.

¿Y qué expectativas tiene para la provincia el año próximo, con la creación de la Zona Aduanera Especial?

Un ejemplo indirecto, pero que puede servir didácticamente, cuando compras este vaso el 21% es IVA y eso va directamente a Buenos Aires. Es decir que los misioneros mandan a Buenos Aires $ 7.500 millones por mes y de esto la Nación nos devuelve, en forma de Copartipación, $ 2.500 millones, por mes, y la Nación se queda con $ 5.000 millones. Entonces hay una sangría tremenda, y lo que hay lograr es cortar esa sangría, porque nos deben esos recursos, porque se nos quitó Coparticipación y porque estamos encorsetados entre dos economías, una de ellas fuertísima como la brasilera.

No quiero ser técnico, pero el Presupuesto es lo que presuponés que vas a gastar, y la provincia de Misiones hace de sus Ingresos Brutos (IIBB), lo que se recauda de acá, es la que más aporta de todo el país a su presupuesto propio, no espera que le manden de Nación. Entonces el esfuerzo fiscal que hace Misiones para tener recursos, para que le gente esté un poquito mejor, es muy grande.

Misiones es la provincia que más ha crecido en empleo privado en todo el país. Algo bien está haciendo el pueblo de Misiones, y queremos ser reconocidos, y la Zona Aduanera Especial es un comienzo de un reconocimiento.

Respecto a la diferencia de la política misionero con la política nacional, es muy lamentable el espectáculo que hace la política nacional. Oficialistas y opositores, no distingo, son todos iguales. En el sentido de sus shows, de sus verborragias que son cada vez más violentas, agresiones, decirse barbaridades. Y las cosas que tengo para decir, porque yo no estoy de acuerdo con vos, lo tengo que hacer por Twitter, para que se entere todo el mundo, para que sea un escándalo, entonces a mayor escándalo, más cámara tengo.

Todo esto degrada mucho la política, y a la gente eso le enoja. Y en este contexto de agresiones de la política nacional, Misiones es una maravillosa isla, a la que faltan cosas, sí, pero es una maravillosa isla.

Ninguna provincia argentina progresó tanto en estos años como Misiones. Ninguna. Desde construcción de rutas, construcción de escuelas, baja de la mortalidad infantil, tratamiento del Covid-19 durante el proceso de la pandemia. El aparato de salud de Misiones es un aparato envidiado en el resto del país.

Hay cosas para corregir, pero en comparación con otros lugares estamos mejores. Estoy enamorado de este proyecto político porque veo las ganas de mis compañeros y compañeras de trabajo en hacer las cosas mejor. Y eso es muy sano.

El  año que viene hay elecciones y la Renovación volverá a ponerse a consideración del ciudadano ¿Por qué el misionero debería volver a confiar su voto en el Frente Renovador de la Concordia?  

La Renovación va siempre renovando su pensamiento, adelantándose a los tiempos. Va incorporando mucha gente joven, oxigenando. Hay mucha gente joven trabajando como diputados, concejales, dirigentes barriales.

Tenemos una dirigencia seria, que es conducida por una persona con mucha seriedad, con talento, casi desde el anonimato, porque Carlos Rovira no aparece en la tele, la radio. A Rovira no le gusta la luz, la candileja, la fama, le escapa a todo eso. Él (por Rovira) está casi en la penumbra. Pensando, observando. Muy atento a lo que ocurre. Es un estratega fabuloso, además de una persona maravillosa, tierna y muy culta. Y eso ayuda mucho.

El año que se viene es un año complejo como todos los años. Pero soy optimista por naturaleza. Confío tanto en el misionero y la misionera. Cualquier persona que venga de afuera y observe como estaba Misiones y como está, en cualquier rubro, va a ver un progreso.

Entonces creo que el misionero y la misionera en el próximo año va a defender lo suyo, porque esto (el espacio político) es una creación de los misioneros. Es una atmósfera, es un lugar, es un concepto creado por el pueblo misionero, que decidió tomar el destino en sus propias manos, agarrar las riendas del destino y que nadie decida por vos. Eso se va a notar a la hora del voto y la gente nos va a volver a dar ese voto de confianza en el 2023.

 

Fuentes: Enfoque Misiones.

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