Vivir y sentir: Argentina – Polonia en la piel misionera

En la tarde del miércoles se realizó el cierre del programa Vivamos Fútbol. Casi cien chicos recibieron sus medallas y alentaron a la Selección nacional junto al gobernador Oscar Herrera Ahuad y el Flaco Schiavi. La crónica de cómo vivieron los presentes la victoria de la Scaloneta y el pase a octavos de final del Mundial.

Por Santiago Sanabria

Educación, salud y deporte caminan de la mano hacia el futuro. Cien chicos comenzaron con el programa Vivamos Fútbol a mediados de marzo luego de la rúbrica y el compromiso del Gobierno provincial, el Instituto Provincial de Loterías y Casinos (IPLyC), el Ministerio de Deportes y Salud Pública. Este 30 de noviembre llegó su última práctica, nada más ni nada menos que alentando a la Selección Argentina en un partido clave para la continuidad en Qatar 2022.

15:26 horas marcaba el reloj mientras los chicos, que ya estaban en el club del IPLyC, comenzaban con uno de los cánticos más reconocidos de la hinchada nacional “¡Argentina, Argentina!”. La energía de los pibes contagió los primeros vestigios de sonrisas de los más grandes. Ellos con esa alegría solo piensan en una cosa, jugar y si se puede ganar, mejor. Sin buscar estadísticas ni estrategias, confiando en Messi y compañía de manera férrea y sin temores.

Cinco minutos después llegaron el gobernador Oscar Herrera Ahuad; el diputado Hugo Passalacqua; el presidente del IPLyC Héctor Rojas Decut y el director de Vivamos Fútbol Rolando “el flaco” Schiavi vestidos de Celeste y blanco, al igual que los casi 100 chicos para acercar aún más el sentimiento y esa sensación de “estamos en el mismo equipo”.

15:35, los minutos pasan de manera lenta, como si el reloj de arena se hubiese inclinado hacia un costado, quizás, por la energía dentro del club del IPLyC y la fuerza de los cantos de todos los presentes.

15:40, el momento del reconocimiento. Los chicos que formaron parte de este programa que comenzó allá por el mes de marzo obtuvieron sus medallas por lo aprendido y sobre todo, compartido con sus pares. Los grises giraban sus cuellos. ¿Los objetivos de sus miradas? La pantalla gigante de la transmisión de Canal 12 y sus medallas que luego adornaron sus pechos llenos de orgullo, futuro y esperanza.

© Sixto Fariña.

15:48, la que no puede faltar en la previa es el “!Vamos, vamos Argentina!” se hizo escuchar de la esquina de Jauretche y Tambor de Tacuarí hasta Doha. De la Capital misionera a la capital qatarí.

15:56, la canción más linda. El himno nacional puso a todos de pie. Lágrimas de algunos y cantos poderosos de otros. Apenas terminado, siguió el aliento para la albiceleste.

El gobernador Oscar herrera Ahuad cantando el Himno nacional junto a los chicos del programa Vivamos Fútbol.

Segundos después la formación Argentina apareció en la tv y claro, se rompieron las manos aplaudiendo cuando apareció Messi. Es que estos pibes sueñan, porque no, ser como él, o como estos 26 seleccionados por Scaloni.

A las 16:00 comenzó el partido. Acá, se define mucho más que el pase a octavos.

Seis minutos del primer tiempo y todos agarrándose la cabeza en ese gesto popular del mundo futbolero, como diciendo “casi” por un derechazo con guapeada previa de Messi.

10′ de la primera etapa. El mago frotó la lámpara, dejó dos en el camino y la muralla Szczesny tapó bien el zurdazo al primer palo de Messi.

16′. Lindo pase filtrado de Lionel para Marcos Acuña que controló de zurda pero no pudo convertir… Los “uh”! Suenan cada vez más fuerte, haciendo el aguante a un equipo que no para de empujar a Polonia dentro de su arco. Argentina está cerca, y estos chicos lo saben.

32′. Szczesny figura. Argentina es mucho más, tiene las chances y los gurises presentes opinando sobre el juego, lo aprendido en estos meses junto a sus profes. La ilusión se ve en los ojos, se siente en la piel.

35′. Héroe polaco. Tapó un mano a mano tremendo a Julián Álvarez. Los gritos de los chicos, desde el ¡Gol! Anticipado y sobre todo, con el chequeo del penal de Szczesny a Messi. En la tele se los ve a los argentinos haciendo flamear la camiseta como miles de banderas en doha.

38′. HÉROE polaco ¿otra vez? Sí, el arquero europeo le tapó el penal a Leo, el grito más esperado todavía no llega.

42′. Monólogo argentino contra el guardametas de la Juventus italianaHerrera, pensante, con mirada calculadora, como planificando una estrategia, de esas que lo caracterizan. Argentina domina en el juego pero no en el resultado.

47′. El Flaco busca un aliado con quien gritar y mostrar el temperamento que lo caracterizó toda su carrera.

Pitazo de Danny Makkelie, árbitro a cargo del partido. Terminó el primer tiempo.

“Le pegué como tres patadas al gobernador sin querer, estamos con muchos nervios”, contó Schiavi en una entrevista exclusiva a Canal 12 durante el entretiempo.

 

Los 15 minutos del entretiempo parecen no terminar nunca. Todos expectantes al reinicio del juego, como palpitando algo. Estar tan cerca del objetivo, “intentar e intentar dará resultados” decía un padre a su hijo, como percibiendo que lo deseado estaba por llegar.

16:59 Los chicos juegan, con pelotas, globos y botellas, como si fueran esos 26 allá en Qatar. Los grandes piensan, analizan y planifican, como si fuesen Scaloni, Aymar o Samuel. Eso nos diferencia. La inocencia de algunos, la madurez de otros. Eso nos hermana, tener el mismo sueño, la misma ilusión.

17:02 Oscar Herrera Ahuad es el más tranquilo. Al menos, es lo que demuestra de su cuerpo hacia afuera, quienes lo rodean lo ven en sus ojos, sus expresiones y su sonrisa. Él juega con los chicos, imagina con ellos.

17:05 empezó el segundo tiempo. Los 32 grados parecen 50 dentro del cuerpo. Necesitamos el gol, pero como dijo Leo “confiados y tranquilos” gritaba un profe al borde las lágrimas.

El desahogo

Al primer minuto del segundo tiempo, llegó el gol de Alexis MacAllister. El Gobernador saltó de su silla como si fuera un atleta olímpico. Quizás una estrella de rock ante los chicos. El abrazo no permitido en Doha, en Misiones se hace carne.

© Sixto Fariña.

Szczesny vencido. De tanto golpear la piedra, se termina de romper. De tanto patear al muro, terminó por caer.

Siete minutos del segundo tiempo. Las caras cambian después del gol. Los grandes son chicos, sonrientes, ya casi sin pensar, solo abrazando y gritando de alegría.

A los 13 minutos del complemento sale Di María. Aplausos de pie para el ángel del Maracaná.

El tiempo corre, Polonia mete mano al equipo y al esquema. Tiene que salir para adelante. En Posadas como en cualquier punto del país. Todo es alegría. Los europeos no lastiman y la sonrisa picaresca de la gurisada es cada vez mayor.

20 minutos, en el partido pasa poco. En el IPLyC, mucho tereré para pelearle al calor. Mucho mate, para no sentirnos solos y poder compartir algo más que un partido de la selección.

22′. La conexión que tiene Misiones con el mate la encontraron Enzo Fernández y Julián Álvarez. Como en River, también en la selección. La araña volvió a picar. Argentina respira, el Gobernador, abrazado a Rojas Decut. El Flaco, salta de alegría, los pibes, no paran de cantar.

© Sixto Fariña.

La Scaloneta recuperó la memoria. A veces una derrota es el mejor remedio para una victoria. Como una cachetada para despertar. Como un cimbronazo que te haga poner los pies sobre la tierra, pero que no te corte las alas.

26 minutos de la etapa final. Julián Álvarez queda mano a mano, la pelota al costado exterior de la red. Acá, todos gritan el gol y luego se agarran la cabeza. Argentina es mucho más, o mejor dicho. Argentina vuelve a ser lo que fue desde 2019 y hasta antes del partido con Arabia Saudita.

32′. Seguimos con los remedios. Si tienes a Lewandowski del otro lado, ojalá tengas un Romero o un Otamendi de tu lado. El antídoto a tanto veneno que lanzó el polaco contra Messi es la zaga central argentina.

35′. Falta poco, pero el reloj vuelve a inclinarse y a dejar caer mucho más lentos los granos de arena. Los nervios están, los “cucos” o fantasmas también, hasta que un canto rompe con tanto estrés. “Uno más y no jodemos más” entonan los chicos. Como si fuera fácil, piensan los adultos. Esa inocencia y hasta rebeldía de querer más. De no conformarse

40 minutos, falta cada vez queda menos. Lautaro Martínez se va mano a mano, define mal. El “no” de su rostro es el “no” de todos. Pero tranquilos, porque si no es hoy, quizás y ojalá, sea el sábado contra Australia.

Terminó. Ahora sí, el grito más desaforado de todos. La tranquilidad que se resume en un suspiro extenso, en abrazar a quien tengas al lado y decir transformarte un rato en mostaza merlo, ahora más que nunca “paso a paso”.

“Nunca subestimes el corazón de un campeón” dijo alguna vez Rudy Tomjanovich, entrenador bicampeón de la NBA con los Houston Rockets. A su equipo no le iba bien, habían tenido algunos tropiezos a mediados de los 90. Esa temporada consiguió su segundo anillo. La selección empezó perdiendo, recuperó la memoria, volvió a ganar, gustar y a ilusionar. Que esto nos sirva de aprendizaje, si todos tiramos para el mismo lado, podemos salir adelante.

 

Fuentes: Canal12Misiones.

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