Modelo de Innovación: sin repitencias y conectividad cien por ciento en la pandemia

“Deconstruir el modelo pedagógico”. Con esa frase Ramiro Aranda, el director de la Escuela de Innovación de Misiones, explica el concepto educativo que ahora se está por expandir a más secundarias dentro de la provincia. El joven profesor advierte que no es necesario un edificio nuevo, como la flamante escuela de innovación que no tiene uso por efecto de la pandemia, sino comenzar a pensar distinto y -recomendación especial a los docentes- no repetir esquemas que fueron cuestionados cuando eran estudiantes. 

El modelo de innovación tiene la particularidad de estar en constante transformación. No es un libro cerrado. Pero, aunque en un universo pequeño, exhibe resultados en alto contraste con la escuela común: casi nula deserción, mejores notas, cero repitentes y una participación de las familias que no se encuentra en otros centros educativos. 

“Buscamos deconstruir un modelo pedagógico. Muchas veces escuchamos hablar de docentes de tal siglo, escuelas de tal siglo y estudiantes del siglo XXI. Buscamos que en el siglo XXI podamos formar ciudadanos para el Siglo XXI, con una escuela y docentes que estén a la altura de los cambios y paradigmas, que son la economía del conocimiento, las nuevas tecnologías. Buscamos una revolución desde lo pedagógico, por eso incorporamos tecnología, el cuidado del medioambiente y todas las fortalezas que tiene la Provincia”, explica Aranda, un profesor con vasta experiencia pese a sus escasos 36 años. Ya fue director de otros tres colegios. .

Cuando se habla de innovación, se piensa en tecnología ¿Es eso único?

Utilizamos todos los recursos disponibles. El celular es una herramienta pedagógica y fomentamos el uso, porque en un pequeño dispositivo está acceso a la información de distintas temáticas, información, libros, investigaciones. Muchas veces los recursos están de manera más inmediata, a mano. No fomentamos que dejen de comprar libros y trabajamos en el plan de lectura provincial, pero necesitamos aprovechar las herramientas que nos da la sociedad.

Muchos de los estudiantes que vienen a esta escuela,no tienen obligación de acceso o conectividad en su casa. La escuela les provee. Pero sí trabajamos con aula inversa, con metodologías activas.

Cuando nació la escuela de innovación,los escépticos apuntaban a una élite o escuela exclusiva… 

Apelamos a dar la mejor escuela pública, gratuita, de calidad, con lo mejor y que el chico pueda venir caminando y acceder. La escuela no está en el centro ni está hecha para que se tome un colectivo y llegue. La escuela está conformada por chicos del barrio y de la zona, no del centro de la ciudad.

¿Cuáles son los resultados que se pueden evaluar de la escuela?

Cuando abrió la escuela, por eso mismo de las dudas, nadie quería venir porque no conocían el modelo. Salimos a buscarlos a los chicos. Hubo repitentes, de bajas notas, con problemas en otras escuelas. En un año, con el modelo que implementamos, con inclusión y calidad educativa, los resultados son positivos. No se aprende menos, se aprende muchísimo. Llegamos a fin de año con estudiantes con diversas problemáticas de otras escuelas, a terminar con promedios de nueve, de ocho, que participan en todas las actividades, que aprendieron a usar responsablemente la tecnología en las escuelas, integrar a las familias en las escuelas, logramos que vengan la totalidad de los padres. Realizamos talleres en la escuela, de ESI, con estudiantes, con la familia y con las personas del barrio. Contagia el entusiasmo de los estudiantes.

¿Se puede replicar en otras escuelas?

Ahora tenemos este hermoso edificio, con una inversión importantísima, pero nosotros empezamos en el edificio del Bapayc, donde funciona el Instituto Posadas y es un edificio tradicional. Pudimos demostrar que en cualquier edificio se puede llevar a cabo. 

Se puede replicar lo que estamos haciendo acá, convoluntad, capacitación y ganas de cambiar.

Una de las características de la escuela es el uso las tecnologías y en medio de la pandemia eso fue vital ¿Cómo se preparan para este ciclo lectivo?

Lo que se viene hablando, aunque hay que esperar a ver cómo evoluciona la situación epidemiológica es con un formato bimodal, rotando grupos, más reducidos. Pero depende de cómo esté la situación epidemiológica. Estamos en condiciones de trabajar desde lo bimodal, que los chicos vengan, pero también puedan trabajar en la casa, ocupar el momento en la escuela para recuperar y tener los recursos necesarios y no exponerse.

Con orgullo a flor de piel, Aranda pone como ejemplo a Carlitos. Carlitos fue a la escuela de innovación porque en otras escuelas no lo aceptaban. Entró con 17 años y hoy es el abanderado de la escuela. “De ser el más terrible, pasó a ser un alumno excelente acá. La escuela lo puso en el centro, formando valores. Ahora lo complicó la pandemia porque cumple 19 y tiene que ayudar a la familia. Pero lo bueno es que quiere terminar la secundaria acá aunque puede ir a una nocturna”; cuenta el director.

Ese ejemplo se repite. No hubo repitentes y los pocos abandonos obedecieron a situaciones familiares complejas. Durante el año de la pandemia la vinculación escuela-alumnos se dio al cien por ciento. Ninguno de los estudiantes está en riesgo de promoción y sólo el cinco por ciento deberá usar el plan de seguimiento para rendir materias y no perder el ciclo lectivo.

¿Cuánto influye el docente en un modelo así?

Muchísimo. En los cursos de formación siempre les digo a los docentes: todo lo que no me gustaba que hagan los directores de las escuelas por donde pasé, anoten en una carpeta mental y no lo repitan.

 

ECONOMIS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *