La Plaza San Martín fue escenario de una celebración vibrante y llena de vida en honor al Día del Folklore.

El evento encapsuló la esencia misma del folklore: una unión de tradiciones, gastronomía y arte que trasciende el tiempo y fortalece los lazos entre las personas.

La ciudad demostró que el folklore no es solo una parte del pasado, sino una parte vital y vibrante del presente y futuro.

 

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