Turismo

Turismo histórico y cultural: conocé las Reducciones Jesuíticas durante el feriado

Una oportunidad para recorrer la provincia desde su pasado. Son varias las opciones de escapadas para aprovechar de un nuevo fin de semana largo. Propuestas ideales para planificar viajes y combinarlos con gastronomía misionera.

La tierra colorada se prepara para un nuevo fin de semana largo con diversas opciones. El objetivo es disfrutar de la temporada otoño-invierno. Actividades como el senderismo son habituales en esta época, ideal para realizar recorridos y disfrutar de los miradores. Son una de las opciones para aprovechar el feriado que se viene.

El patrimonio jesuítico guaraní constituye una de las piezas fundamentales del turismo misionero. Conforman una experiencia social, cultural y religiosa única en cinco localidades: Santa Ana, Loreto, San Ignacio, Corpus y San Javier. Las cuatro primeras se ubican sobre la costa del río Paraná, mientras que la última está frente al río Uruguay.

Las ruinas, además, conforman la oferta de turismo religioso.

Las riquezas arqueológicas de los 30 grupos que allí habitaron se reducen al trazado de ciudades y el relato contado en los museos. Hoy estos atractivos reciben a miles de personas que llegan para conocer y admirar la historia de los guaraníes que alguna vez vivieron ahí.

A partir de esto, se establecieron ofertas de turismo cultural y religioso. Desde propuestas como El Camino de los Jesuitas hasta actividades y servicios turísticos en las localidades, todos atraen al público nacional e internacional que buscan conocer las iglesias, monumentos y fiestas tradicionales. O bien como plan para una escapada de fin de semana.

Reducción de Nuestra Señora de Santa Ana la Mayor

Está situada en el municipio de Santa Ana, a solo 16 km de las Reducciones de San Ignacio Miní. Fue fundada en el siglo XVII por los jesuitas en América, más precisamente en 1633, de la mano del padre Antonio Ruiz de Montoya, durante la colonización de la corona española.

Como toda reducción, la distribución estaba emplazada en torno a una gran plaza central. Frente a ella se destacaba la iglesia y a su izquierda el cementerio, que no solo fue ocupado por los miembros de la comunidad, sino también por los antiguos pobladores de Santa Ana. Por ello es muy común encontrarse con algún familiar que se conduce a dejar una ofrenda floral a sus difuntos.

Esta es la única reducción donde se pudo observar la presencia de una cisterna, depósito subterráneo destinado a la recolección del agua.

Reducción de San Ignacio Miní

Fue fundada en 1610 por los padres José Cataldino y Simón Masseta. En 1950 se produjo un proceso de reconstrucción y restauración. Hoy está rodeada por el trazado urbano de la ciudad de San Ignacio. Es la más completa de las reducciones jesuíticas conservadas, hoy cercadas y resguardadas.

El templo, la residencia o colegio, los talleres y las viviendas indígenas pueden ser apreciados en todos sus aspectos funcionales, expresan una idea acabada de lo que implicaba la vida cotidiana. El conjunto urbano estuvo construido en roca arenisca rosada y roca itacurú. La fachada del templo, los portales de los accesos laterales y el pórtico de la sacristía son obras únicas del barroco misionero-guaraní.

Reducción de Santa María la Mayor

Se encuentra sobre una colina en la que hoy se pueden observar las ruinas de este pueblo. Se recuerda su diagramación originaria, que incluía iglesia, plaza, cárcel y ranchos de adobe donde vivían las familias. Fundada en 1636 por los jesuitas Diego de Boroa y Claudio Ruyer, esta misión debió mudarse dos veces hasta su emplazamiento actual.

Está ubicada sobre ruta provincial 2, a 23 kilómetros del acceso a San Javier. El lugar cuenta con un Centro de Visitantes, museo, minibar, sanitarios, taller y depósito para material arqueológico y habitaciones para arqueólogos. Junto con San Ignacio Miní, es una de las más importantes misiones de Argentina. 

En esta misión funcionó una imprenta que, entre 1722 y 1724, editó libros de extraordinaria importancia como Arte de la Lengua Guaraní y Vocabulario de la Lengua Guaraní, del padre Antonio Ruiz de Montoya, y Explicación del Catecismo, del cacique Nicolás Yapuguay. Estas obras, junto con las impresas en Loreto y en San Francisco Javier, entre 1705 y 1727, constituyen los primeros libros publicados en el actual territorio argentino. Esta reliquia fue declarada Patrimonio Mundial en 1984.

En 1735 un incendio destruyó la iglesia y solo pudieron rescatar la imagen de la virgen inmaculada. Posteriormente, se construyó un templo provisorio en el segundo patio de la reducción.

Reducción de Nuestra Señora de Loreto

Fue fundada en 1610 por los padres José Cataldino y Simón Masseta, en Guayrá, Brasil. Después de algunos asientos provisorios, se estableció en 1686 en el lugar donde hoy quedan sus ruinas, en Loreto. Durante el período jesuítico fue un centro de peregrinación para el pueblo guaraní-misionero.

En la reducción se hallaba una Vía Procesional que vinculaba la capilla de la Virgen de Loreto, ubicada a las afueras del pueblo, la tumba del padre Antonio Ruiz de Montoya, cuyos restos eran venerados en el templo y la capilla del Monte del Calvario, que se ubicaba en a 1.300 metros en el extremo opuesto a la capilla de la Virgen.

La Vía Procesional se mantiene como una experiencia vivencial en el conjunto jesuítico guaraní de Loreto, es recreada por peregrinos todos los años durante el Viernes Santo.

Reducciones jesuíticas de Corpus Christi

Corpus es una localidad que cuenta con la historia de las Reducciones Jesuíticas y es parte de los lugares recomendados para visitar en Misiones. Fue una de las misiones que la Compañía de Jesús estableció en la provincia del Paraguay, durante la colonización española de América.

El sitio fue fundado en 1622 por los padres Pedro Romero y Diego De Boroa. Fue fundado del otro lado del Paraná y en 1701 se asentó en Corpus Christi, en lo que hoy es la reducción. Se trata de uno de los 30 pueblos jesuíticos guaraníes que funcionaba como conectores con las otras reducciones.

Días, horarios y precios

El horario de funcionamiento de las reducciones jesuíticas es de 7:30 a 17:30 horas, con permanencia hasta las 18:30. Reciben al público todos los días de la semana.

Los menores de 6 años, personas con discapacidad, residentes locales, estudiantes primarios y secundarios de Misiones no deben abonar ingreso para visitar estos atractivos turísticos.

Por otra parte, la entrada general para extranjeros vale $1.000, latinoamericanos abonan $850, argentinos $750, misioneros $150, jubilados nacionales $350, jubilados misioneros $100 y estudiantes nacionales $350. 

El espectáculo de imagen y sonido, como el que se brinda en las Reducciones de San Ignacio Miní, tiene el mismo valor que las entradas.

 

Fuentes: Canal12Misiones.

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