Un camino hacia la agroecología

Según el Manual Operativo Agroecológico del Ministerio de Agricultura Familiar, la agroecología “es definida como la aplicación de los conceptos y principios ecológicos para diseñar agroecosistemas sustentables”. Siendo su idea primaria la de “ir más allá del uso de prácticas alternativas (…) con una dependencia mínima de agroquímicos”.

Este sistema agrícola ecológico, cuya sociedad se halla inmersa en él, brega por una seguridad alimentaria y cuida su relación con el ambiente, ya que es parte del mismo, a la vez que trata de sostener un proceso productivo saludable que garantice el abastecimiento local.

La palabra “agroecología” data de los años 70 y tiene más de una acepción. Es, a la vez, una disciplina científica y una práctica cultural, en el sentido amplio de la palabra, pues excede a las labores circunscritas al manejo de los cultivos; implica conceptos de sostenibilidad ambiental, social y económica. Tradicionalmente, productores de todo el mundo desarrollaron sistemas de cultivo acordes al ambiente con el que conviven. Estos sistemas se fueron modificando y perfeccionando conforme se obtenían mejores resultados, basándose en la observación y comparación entre distintos manejos. Se podría llamar a esto “ciencia empírica”.

Parte de esos saberes fueron diluyéndose conforme se imponían otras formas de trabajar la tierra y otras lógicas de producción y reproducción de la vida. Las comunidades campesinas e indígenas que lograron conservar las formas tradicionales de cultivo hasta nuestros días son aquellas que no fueron alcanzadas por las tecnologías modernas, facilitadoras del trabajo, promovidas por el agronegocio. Comunidades cuyo aislamiento obliga al abastecimiento con materia local y, con ello, a la conservación de la integridad del sistema, respetando las tasas de renovación naturales para retroalimentarlo.

En este sentido, lograron sostener las prácticas ancestrales, las comunidades que resisten al modelo hegemónico y que defienden otra lógica de vida, una lógica a escala humana. Bajo la bandera agroecológica se reivindican derechos como el de vivir en un ambiente sano, el acceso a la tierra, la soberanía alimentaria, la distribución de ganancias equitativa, el respeto étnico y cultural.

A la falta de sistematización en un sentido científico, existe en la práctica una planificación de las tareas agropecuarias con el propósito de maximizar los resultados, basándose en la observación para aprovechar y acompañar los ciclos naturales. La agroecología requiere comprender los suelos, los ciclos biológicos, los insectos benéficos, los ciclos lunares, actuar en los momentos propicios y en las fechas óptimas; conocer variedades y especies vegetales que no son comunes en el mercado; entender sobre razas y cruzamientos animales no convencionales, aprender nuevas formas de pastoreo; y repensar la comercialización.

Por lo mencionado anteriormente, la agroecología puede encaminarse a ser definida como el manejo ecológico de los recursos naturales, a través de formas de acción social colectiva, que presentan alternativas a la actual crisis de modernidad. Esto se logra mediante propuestas de desarrollo participativo, desde los ámbitos de la producción y la circulación alternativa de sus productos, pretendiendo establecer formas de producción y consumo que contribuyan a encarar la crisis ecológica y social, y con ello restaurar el curso alterado de la coevolución social y ecológica.

 

Fuentes: Canal12Misiones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *