Afirman que se trabaja con un plan de manejo sustentable Ratifican sostenibilidad ambiental en la industria forestal misionera

El sector forestal de la provincia de Misiones ratificó el trabajo que se viene llevando a cabo en cuanto a la sustentabilidad y cuidado del medioambiente. Apuntó a los beneficios que la industria impulsa en la Tierra Colorada y plantearon, al mismo tiempo, una serie de inconvenientes que se presentan con otro tipo de cultivos de la zona.

El debate por el cuidado ambiental y la implicancia del sector forestal se suscitó tras un pedido por parte de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (Apam) al gobierno provincial de prohibir el apeo de monte nativo y limitar las plantaciones de pinos y eucaliptus, por ser generadoras del cambio climático.

A través de un comunicado, la Asociación de Forestales Autoconvocados de Misiones remarcó que “en Misiones y Argentina, la madera nativa se extrae bajo autorización y un plan de manejo sustentable, desarrollado y controlado por el mismo Estado nacional y provincial”, lo que quieren decir que “del monte autorizado para aprovechamiento forestal, sólo se extraen determinadas especies y respetando cupos por hectárea. No se tumba el monte. Y cuando un camión sale a la ruta, la carga está informada digitalmente. Hay una trazabilidad de la madera extraída que informa al Estado, al dueño de la propiedad, el obrajero y aserradero que recibe la carga”.

“Cuando el obrajero termina de aprovechar su plan autorizado, deja un monte en pie que sigue su proceso de regeneración, permitiendo que en 20 años, nuevamente haya madera aprovechable”, resaltaron.

Desde la Asociación Maderera, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap), quienes también fueron parte de la nota en respuesta al planteo, destacaron que “si hay un sector que te cuida el medioambiente y trabaja por él es el forestal, y más en Misiones”.

Inconvenientes en el agro

Los forestales autoconvocados indicaron que “el problema está donde se hacen rozados, tumban y queman el monte para ganadería, para plantar yerba o soja como está pasando ahora en la costa del Uruguay, donde nunca más se verán montes”.

“El problema también está en las miles de hectáreas con yerba y té sin ningún árbol nativo, cuando sabemos que las especies nativas protegen el suelo y los cultivos del sol en verano, resguardan los cauces de agua, y en invierno aportan materia orgánica, son cortinas ante los vientos y protegen del granizo entre otros beneficios”, remarcaron.

“La falta de árboles es una realidad de las chacras, donde sólo se ven plantaciones de monocultivos sin un árbol, donde no hay cortinas nativas de ningún tipo. Empecemos entonces por reforestar las plantaciones de yerba, soja, mandioca y tantas miles de hectáreas donde una vez había monte”, añadieron.

De la misma manera, señalaron como un grave inconveniente “la intrusión permanente en lotes donde se quema y tala, y donde siempre se llega después del desastre ambiental ya hecho”.

“El otro problema es la realidad de los propietarios de montes, que tampoco ven beneficio alguno en contar con un bosque nativo en pie más allá del aprovechamiento sustentable, porque siguen pagando impuestos y buscan alternativas para vivir. Aquí vemos la necesidad de una política que les permita hacer del monte nativo una fuente de ingresos permanente, entre el aprovechamiento sostenible y planes estatales que ayuden y fomenten la preservación de la selva misionera”, manifestaron.

En tanto, Jaime Ledesma, presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones, expresó que “los servicios ecosistémicos que brindan los bosques están condicionados por la gestión forestal, cuyo objetivo es asegurar que estos servicios satisfagan las necesidades presentes y futura, contribuyendo al desarrollo sostenible de la región, que se debe vincular con un enfoque de paisaje regional, pues sólo el manejo sostenible de nuestros bosques garantizará su persistencia en el tiempo”.

“La silvicultura debe ser un derecho esencial del hombre pues, además de cumplir una función primordial proveedora, incorpora un principio fundamental: el de conservación y mejora de los recursos naturales sobre los que se sustenta”, agregó.

Al mismo tiempo, aseveró que “los bosques nativos misioneros crecen a una tasa de 0,5 a 3 metros cúbicos por hectárea por año (estimaciones históricas de crecimiento). Podemos inferir que nuestros bosques están creciendo a razón de 474.000 metros cúbicos por hectárea por año, porque su aprovechamiento sostenible es una necesidad para garantizar su conservación”.

“Los bosques implantados rondan las 400.000 hectáreas, y en virtud de tasa anual de crecimiento redondeando en valores promedio, están creciendo a razón de 10.000.000 metros cúbicos por hectárea por año, lo que contribuye significativamente con el estoqueo de dióxido de carbono, la producción de madera, principal material constructivo del siglo XXI”, atestó.

Pedido de limitación

Al justificar el pedido de limitar las plantaciones de pinos y eucaliptus, Cristian Klingbeil, dirigente de Apam, explicó a El Territorio que “los montes nativos hay que cuidarlos, no queda mucho pulmón verde en el mundo. Pero el mayor debate se da por el pino y eucaliptus, que creo que se tiene que analizar un poco mejor dónde plantarlos, si ponemos en riesgo arroyos y vertientes, creo que se tiene que analizar un poco mejor”.

“Creo que no va por el extremismo que se planteó, pero algo hay que cambiar porque el cambio climático está viniendo, el desorden climático es grande y tenemos que empezar a hacer algo urgente, porque no sirve tener un montón de capital pero al mismo tiempo estar muriendo porque se nos seca e incendia todo. Tenemos que pensar qué mundo vamos a dejar a las próximas generaciones”, expresó.

Asimismo, adujo que “se necesita un análisis en serio, en la reserva de agua dulce más grande del mundo, nosotros pasamos prácticamente muchos días sin agua en la mayoría de municipios de Misiones, esto nos tiene que hacer pensar un poco más sobre qué es lo que estamos haciendo”.