El valor de estar al frente

Sin dilaciones, Misiones se convirtió nuevamente en la primera provincia del país en cerrar el acuerdo salarial con el sector docente. La paritaria misionera se hace mucho más fluida porque la negociación es permanente: la mesa de diálogo no se cierra y desde hace varios años hay una transformación del salario que le quita complejidad a la actualización.

Durante mucho tiempo, el porcentaje del salario no blanqueado, obligaba a aumentos más altos de bolsillo. Una vez que se fueron adecuando esos items, todo se vuelca al básico y de este modo, el impacto es mayor para el docente y para los jubilados y más manejable para las arcas.

El acuerdo alcanzado con los principales gremios docentes (los más pequeños se identifican por la intransigencia a la hora de las negociaciones), eleva a 55 mil pesos el salario inicial de un maestro de grado, con un básico de 20.580,77 pesos en febrero y de 21.520,77 en marzo, lo que aumentará el salario de bolsillo inicial a 57.120 pesos

Para poner en contexto, el salario básico aumentó 270,68 por ciento en los últimos dos años. Pasó de 5.805,77 pesos en enero de 2020 y terminará en 21.520,77. Los precios, en el mismo período, subieron poco más de cien por ciento en la región NEA.

Un maestro con 25 años de antigüedad cobrará 81.989 pesos, mientras que un profesor de secundaria sin antigüedad, con 30 horas cátedra, pasará a cobrar 114.240 pesos. Un director de primaria, con diez años, cobrará 91.686 y uno con 25 años, llegará a 126.554 pesos. En el otro extremo, un supervisor con la mayor antigüedad, cobrará 292.765 pesos.

El mismo esquema se aplicará con las fuerzas de seguridad, en dos tramos entre febrero y abril en la primera mitad del año, mientras que el resto de la administración pública será beneficiado en marzo y mayo.

Misiones se distingue justamente por ser una de las provincias que mejor ha recompuesto los salarios después de la depresión que se inició con el macrismo, a mediados de 2018, acompañada por una inflación récord que todavía no logra ser controlada. Pero es, al mismo tiempo, la provincia de toda la región NEA que tiene una economía saludable, con el sector privado robusto y en plena actividad. Es, por lejos, la provincia que más empleo privado tiene en la región, superando los cien mil puestos registrados, mucho más que Corrientes, Chaco o Formosa.

La diferencia de modelos se evidencia, nítida, en los momentos críticos. Misiones con su política fiscal y las cuentas saneadas, dejó de depender casi con exclusividad del auxilio que le pueda dar la Nación. Ante la crisis hídrica, por caso, sólo en 2022 volcó más de 120 millones de pesos en equipamiento para los cuerpos de bomberos y ya puso en marcha el mecanismo de compra de un tercer helicóptero, diseñado especialmente para el combate al fuego, con una inversión que superará los cuatro millones de dólares.

El gobernador Oscar Herrera Ahuad va en persona a supervisar los operativos de combate al fuego, mandando, ayudando y conteniendo a los brigadistas y vecinos que dejan todo para atajar las llamas.

Cruzando el Chimiray el fuego está haciendo estragos, con cerca de 800 mil hectáreas arrasadas, lo que equivale a un diez por ciento del territorio correntino. El gobernador Gustavo Valdés sólo apareció en redes sociales y en una pelea retórica inútil con el gobierno nacional.

Mientras tanto, otras provincias, entre ellas Misiones, enviaron elementos e insumos para colaborar en la lucha desigual. La alianza correntina lleva en el poder más de 20 años y, pese a ser una “potencia forestal” que atrae inversiones, no tiene equipos, ni aviones, ni helicópteros propios que puedan hacer frente a las llamas. Tampoco les cobra impuestos a las empresas.

Previamente, la gestión de Ricardo Colombi también se opuso a la ley de humedales, que regula el uso que se puede hacer del suelo en zonas donde hay lagunas o esteros, que cada vez están más acorraladas por el avance de los desarrollos inmobiliarios y la agricultura intensiva. Pero la culpa, extrañamente, termina siendo de la Nación que no envía ayuda al ritmo que exige el momento.

No es yeta. Es consecuencia.

Esto no implica, de ninguna manera, exculpar a la Nación, que parece reaccionar distinto cuando se trata de provincias del norte a las del sur argentino. La gestión ambiental arrastra una ineficiencia exasperante llámese Sergio Bergman, Juan Cabandié, o más allá (no olvidar a María Julia), cuyos méritos para el cargo obedecen únicamente al sentido de pertenencia partidaria. Vale un detalle para graficar: hasta ahora había una única brigada del Servicio Nacional de Manejo del Fuego que funcionaba en la Comarca Andina, en la localidad de Las Golondrinas. Recién ahora se decidió crear dos más, una con sede en San Luis y otra en Apóstoles, en Misiones, con una inversión de 26 millones de pesos. Tres brigadas para un extenso país que tiene enormes recursos naturales. El ambiente siempre está en el último lugar del reparto: el presupuesto diseñado por la Nación, que finalmente no se pudo aprobar, le asignaba al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos un monto de 1.212.415.000 (mil doscientos doce millones cuatrocientos quince mil pesos) y al Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos un monto de $120.000.000 (ciento veinte millones de pesos). Eso significaba apenas al 3% de lo que debiera destinarse para la protección de los bosques, si la ley se cumpliera correctamente. Si bien el monto en pesos es el mismo que se asignó en el 2021, el porcentaje disminuye en comparación y es el más bajo desde la implementación de la Ley 26.331 en 2009.

En el caso de Misiones, recibiría alrededor de 39 millones de pesos para la protección de sus bosques nativos. Pero si la Ley de Bosques se cumpliera de manera correcta, debería recibir 1.300 millones de pesos. Peor, por el voto no positivo de Cambiemos, no hay asignación obligatoria.

Tampoco aporta, en nada, la presencia mediatizada de Sergio Berni, el Rambo criollo que vino a ver los incendios y paseó en helicóptero, debidamente filmado, como si se tratara de una película de acción, pagada por todos, con el auspicio de provincia de Buenos Aires. El país no está preparado seriamente para afrontar una crisis seria, que al ritmo del cambio climático, cada vez se hace más permanente.

La excusa es, siempre, que hay urgencias más urgentes. El árbol, literalmente, tapa al bosque. La crisis económica en la que está hundida la Argentina tras la gestión macrista demanda, es cierto, una atención ineludible. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, aún a despecho del ala dura del Gobierno nacional, se hace necesario para darle estabilidad a una incipiente recuperación. Todo indica que el acuerdo está al caer y hasta el FMI parece más flexible que hace unas horas.

El ministro de Economía, Martín Guzmán promete llevar todos los detalles del acuerdo al Congreso, que será el que finalmente dé el visto bueno, se espera que con el aval de los diputados de Cambiemos, la alianza responsable de la deuda impagable.

Antes de eso, el ministro vendrá a Misiones, invitado por la Confederación Económica.

La entidad que conduce Alejandro Haene mantuvo una reunión con empresarios y el secretario de Políticas Tributarias del Ministerio de Economía de la Nación, Roberto Arias, donde se confirmó la visita del ministro estrella de la gestión de Alberto Fernández. La agenda que la CEM le presentará a Guzmán está encabezada por la creación de la Zona Aduanera Especial para toda la provincia.  La iniciativa estaba incluida en el Presupuesto 2022 que fue rechazado por el voto de Cambiemos, incluidos Martin Arjol, Alfredo Schiavoni y Florencia Klipauka. Ahora hay que poner en marcha una ingeniería parlamentaria para que el proyecto sea tratado en el Congreso, pero todo indica que Guzmán  no pondrá reparos porque los argumentos misioneros fueron pulidos con su equipo.

La CEM está muy activa en negociaciones que sirvan para aprovechar el buen momento económico y fortalecer a los principales sectores económicos de Misiones. En estos días los socios mantendrán reuniones puntuales con el secretario de Hacienda, Adolfo Safrán y el titular de la Agencia Tributaria Misiones, Rodrigo Vivar, para analizar el impacto de la tasa forestal en la actividad maderera.

Después, con el ministro del Agro, Sebastián Oriozabala, analizarán una agenda común sobre diversos sectores productivos. El vínculo de la CEM con el Gobierno, cercano como pocas veces antes, es clave para fortalecer la actividad económica.

Esa sinergia que hay en Misiones es algo que el Gobierno nacional busca ensayar con la idea de crear una empresa argentina de alimentos para bajar los precios. Esa idea ya funciona en Misiones a través de distintos mecanismos en los que el Estado juega un rol esencial. Misiones Carne es el programa más ambicioso, a través del cuál el Gobierno, asociado con privados, intervino en el mercado de la carne para vender a un menor costo, pero al mismo tiempo, conseguir elevar el precio de la materia prima que recibían los productores.

Los mercados concentradores son otra herramienta que sirve para que el producto vaya más directo, sin intermediarios, desde la chacra al consumidor, lo que baja sensiblemente los precios de frutas y verduras. En ambos casos, falta escala para que haya plena soberanía alimentaria, pero las herramientas sirven.

El Gobierno de Alberto Fernández necesita encontrar alguna victoria inmediata para tomar aire. Hasta ahora son escasas las alegrías y más los sinsabores de políticas erráticas y funcionarios que no funcionan. La salida del misionero Ignacio Barrios Arrechea de la Entidad Binacional Yacyretá es un ejemplo de la insoportable levedad de una gestión que no define con claridad su rumbo. El hijo del ex gobernador radical asumió en reemplazo del macrista Martín Goerling, que había sido “heredado” y ocupó el sillón principal por varios meses en la nueva gestión. Arrechea duró menos de dos años en el cargo y no dejó huellas con una gestión gris, acorde con su salida, sin información precisa sobre los motivos de la renuncia aceptada. Apenas la puesta en marcha de Aña Cuá, con un presupuesto “corregido” y poco más.

Ahora el formoseño Fernando De Vido tendrá la misión de activar obras y energía generada. Cuando comenzaron los rumores sobre la salida de Barrios Arrechea, el Gobernador había dicho que Misiones no quería el cargo, sino las obras comprometidas. Con De Vido -que no tiene nada que ver con el ex ministro- hay buena relación vía Gildo Insfrán, un viejo conocido de la política. Pero no es un dato menor que por primera vez, después de 20 años, la entidad dejará de estar bajo la conducción misionera. No será, de todos modos, la única novedad en materia de cambios en las oficinas nacionales con sede en Misiones. Se habla de la inminente salida de Marcela Crechusca de la delegación del PAMI. El kirchnerismo duro se rearma en medio de sus disputas internas.

 

 

 

Fuentes: economis.

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