Empresaria inspiradora de Misiones: produce dulces en medio de la selva y quiere expandirse
Myrna Elizabeth Korniejczuk nunca se imaginó recibir semejante distinción. En silencio y junto a su familia produce desde hace algunos años unos dulces que de a poco van ganando espacio en el mercado gourmet. Por Sabores de la Selva Misionera fue distinguida en la categoría Innovación Empresarial, en un reconocimiento organizado por la Confederación Económica de Misiones
La pyme que se dedica a la elaboración de pulpas, mermeladas y almíbares de frutos nativos, está ubicada en el paraje Península, de la localidad de Andresito, en la frontera con Brasil, al borde del río Iguazú.
“Me siento muy feliz, nunca pensé que iba a recibir una nominación semejante, cuando mi contadora me paso el link para inscribirme, dudé, le di mil vueltas pero al final me inscribí sin pensar que podía ganar, y en este caso se dio. No puedo estar más agradecida, ojalá todas pudieran recibir un reconocimiento así”, expresó Myrna, dueña de la empresa de dulces.
La Confederación de Economía de Misiones (CEM), el 24 de febrero de 2024 entregó el premio mujer en reconocimiento a la labor de las mujeres empresarias, motivando su participación en el mundo empresarial, y fomentando el desarrollo de proyectos que impulsen el crecimiento de las pymes de la provincia.
Sabores de la Selva Misionera es un emprendimiento familiar, en el que trabaja su fundadora junto a su esposo y sus cuatro hijas. La fábrica está ubicada a 25 kilómetros del pueblo de Andresito, donde la selva misionera se conserva virgen casi en su totalidad. Allí poseen una chacra de más de 47 hectáreas con diversos tipos de frutas nativas alternadas con frutas exóticas.
Myrna, de origen polaco, nació en Leandro N. Alem, hija de docentes, llegó a Andresito en el 1980, cuando sus padres decidieron asentarse en la localidad. Creció y se educó, rodeada de gente trabajadora y de valores bien establecidos, al finalizar sus estudios secundarios parecía que la docencia también sería su vocación, pero por cuestiones de la vida, al cabo de un tiempo tuvo que dejar la carrera.
Al transcurrir unos años conoció a su esposo, con quien tuvo cuatro hijas. “Pienso que la vida es una rueda, se va acomodando, y así como nosotros tenemos para ayudar, con la idea simple de ayudar a las personas, la vida se encarga de darnos todo ese amor que compartimos, tenemos que hacer el bien, confiando siempre en Dios y que todo va a salir bien”, aseguró la emprendedora.
En el año 2019, Myrna trabajó en la Cooperativa Agroecológica de Andresito. Allí aprendió mucho de lo que hoy pone en práctica elaborando sus dulces. “En ese tiempo llegó a la cooperativa un proyecto, de una ingeniera forestal, en el cual ella estudiaba como tesis del doctorado las propiedades y el uso del palmito, fue un proyecto abrazado a dos manos por la comunidad, porque todos vendían semillas de palmito. La investigación duró un año, fue un gran aporte a la cooperativa y a los productores”.
“Por razones de salud, posterior a esta implementación de los palmitos, tuve que retirarme del lugar, pero no soy una mujer de quedarme sentada en mi casa, decidimos levantar nuestro emprendimiento con mi familia. Tuvimos que vender un lote de una hectárea para poder levantar la sala de elaboración, hacemos principalmente mermeladas de la pulpa de palmito, pero cuando no es temporada, elaboramos dulces con otros frutos de estación y si no tenemos, compramos de los vecinos, que saben que tienen un buen destino”, dijo Myrna.
En la elaboración de sus productos, Sabores de la Selva, utiliza frutos netamente nativos, como la pitanga, maracuyá, durazno, guabirá, frutilla, tomate, uva, acerola, carambolas. “Todos los frutos habidos y por haber”.