Superávit y desendeudamiento: los escudos de Misiones en el contexto de crisis
Si hay algo en lo que los candidatos presidenciales coinciden, aunque en diferentes tonos y magnitudes, es en la necesidad de que la Argentina acomode sus cuentas fiscales, aspire a achicar el déficit y resuelva el problema de la deuda. Hasta tanto esas cosas, principalmente la primera, no se solucionen, el crecimiento con desarrollo en la Argentina (incluyendo bajar la inflación) no llegará del modo en que aspiramos y deseamos.
Aun considerando las enormes diferencias que existen, las provincias continúan sosteniendo, mayoritariamente, una conducta fiscal mucho más ordenada, austera y superavitaria. En ese contexto, el manejo de las cuentas públicas de Misiones vuelve a destacarse en el plano regional y consolida una tendencia positiva que no es el objetivo, sino el resultado de un proceso de administración eficiente de los recursos locales. Esto se resume en dos cosas: superávit y desendeudamiento.
Durante esta semana, el ministerio de Economía publicó los resultados de las cuentas públicas provinciales que corresponden al primer trimestre del 2023. Misiones finalizó el período con un superávit financiero de $ 9.991 millones, que equivale al 7,4% del gasto misionero en el período.
Se destaca que la mejora respecto a igual trimestre pero del 2022 es notable: en aquel momento también registró superávit, pero considerablemente menor: representaba el 0,4% del gasto total (fue por $283 millones). Por ende, se observa una clara mejora con una adicional: esto se logró aún con expansiones en el gasto en personal (salarios) y en prestaciones de la seguridad social, dos elementos fundamentales en un contexto inflacionario como el que vive la Argentina.
En relación con los recursos, en el primer trimestre del 2023 Misiones tuvo ingresos totales por $145.189 millones (+0,5% real interanual), donde el 98% de ese total corresponde a ingresos corrientes y el 2% restante a ingresos de capital. Entre los corrientes, que se expanden 0,3% real interanual, se destaca que los ingresos tributarios de origen provincial tienen una mejor performance que los de origen nacional (+4,3% vs. -1,4% real), situación que se explica a partir de la robustez de la capacidad recaudatoria local pero que, en el fondo, muestra quizás la cuestión elemental: el crecimiento de la economía misionera que genera más tributos.
Justamente los ingresos tributarios de origen provincial son el concepto de mejor desempeño junto a otro que también es altamente relevante: las contribuciones de la seguridad social, que crecen 3% real, suba apoyada principalmente en el incremento salarial que genera una mayor base recaudatoria en este concepto específico. Otros componentes vinculados a los ingresos, en cambio, sufren descensos que tienen diversas razones: los ingresos no tributarios caen -13,9% por baja en el cobro de diferentes tasas; y las transferencias corrientes caen 2,3% real interanual en el marco del fuerte recorte de estos fondos aplicados desde el Estado nacional.
Por su parte, en lo referido a los ingresos de capital (que crecen 8,4%) se observa que crecen las transferencias (9,2%) y los recursos por disminución de la inversión financiera lo hacen en 6,4%.
En lo que respecta al Gasto, el total fue por $135.109 millones, con una baja del 6% real. Aquí se ve una importante contención del gasto pero con particularidades que no son menores: los gastos de consumo vinculados a servicios personales y bienes de consumo caen 19% real interanual; pero al mismo tiempo, el gasto en personal, punto central de la política salarial, mostró un incremento de 3,1%. Este es un punto clave para entender luego las conclusiones a las llegaremos. En esa misma línea, las prestaciones de la seguridad social, otro elemento fundamental de las políticas sociales, crecen 2,5%.
Por el contrario, el resto de los componentes como ser las transferencias y el gasto de capital exhiben diferentes niveles de descenso real. También caen, y de manera importante, los gastos vinculados al pago de servicios de deuda: -52% real interanual, siendo este uno de los varios reflejos del proceso de desendeudamiento provincial. De hecho, el pago por servicios de deuda no tiene prácticamente incidencia alguna en la ejecución presupuestaria provincial: representa apenas el 0,7% del gasto total.
Al consolidar ingresos y gastos, se observa que Misiones tiene superávit en los tres niveles analizados: el resultado económico operativo (que surge de la diferencia entre los ingresos y los gastos corrientes) fue superavitario en $ 18.522 millones (que equivale al 13% de los ingresos corrientes); el Resultado Primario (que surge de la diferencia entre los ingresos totales y el gasto primario, es decir, sin considerar intereses de deuda pública) marcó un superávit por $ 10.902 millones (8,1% del gasto primario); y finalmente, el resultado financiero (diferencia entre ingresos y gastos totales) registró un superávit por $ 9.991 millones (7,4% del gasto total).
De todo lo detallado se puede concluir, en primer lugar, que los ingresos crecieron con considerable ritmo mientras que el gasto estuvo más contenido, pero con las excepciones de áreas sensibles como el gasto salarial y la seguridad social, siendo este quizás el dato más relevante. Si bien la inversión pública tuvo un ajuste, el mismo se enmarca en un período donde históricamente se observa una situación similar, y tiende a crecer al correr el resto del año.
Complementaria, y en línea con lo detallado respecto al pago de servicios de deuda, el camino de desendeudamiento misionero continúa su marcha: el stock de deuda misionera está, en ese mismo período, en torno a los $ 22.696 millones; lo que implica que en términos reales, cae 27% interanual.
El nivel de deuda nominada en dólares también disminuyó: es del 10,4%, cuando era del 11,1% a finales del 2022. Esto implica un fuerte escudo contra las devaluaciones (como la aplicada en agosto pasado) porque evita un salto de la deuda al expresarla en pesos. Además, la deuda pública equivale a solo 0,6 meses de recaudación promedio. Es decir: con un solo mes de coparticipación y de recaudación propia, Misiones pagaría toda su deuda pública y aun así le sobraría recursos, una situación que se observa en solo otras tres provincias de todo el país.
Por supuesto, las volátiles propias de la economía argentina generan que un dato del primer trimestre del 2023 quede viejo; de esa parte a hoy, tuvimos escalada inflacionaria, devaluación, recorte del gasto, baja en la coparticipación, etc. Por ende, podemos proyectar cierta desmejora en términos globales para los datos siguientes. Sin embargo, es importante volver a destacar dos hechos: aun en un contexto de alta inflación como ya se tuvo entre enero y marzo, la política salarial y de seguridad social tuvo expansión del gasto. Así, se genera contención ante los fenómenos que se avecinan luego.