El glamour de la selva: abrió el glamping de las Cataratas

Un mundo mejor. Rodeado de naturaleza”. Con ese lema, Patricia Durán cortó las cintas de inauguración del primer glamping de Iguazú, un complejo hotelero cinco estrellas en medio de la selva de un destino que no para de crecer después de la pandemia.

La empresaria, pionera en inversiones disruptivas, celebró una “reunión de amigos” para la apertura formal del cinco estrellas en medio de la selva de Iguazú, a escasos metros del río Paraná. Sofisticación, intimidad y contacto con el monte. Una piscina que se pierde entre el verde follaje y se entremezcla con las aguas del gigante pariente del mar. Vistas incomparables y terrazas para la contemplación. Son diez cabañas diseñadas para la reconexión con el entorno. Todo eso forma parte de Glamping Selva Iguazú, el complejo turístico ubicado a unos ocho kilómetros del centro de la ciudad y a unos 20 kilómetros de las Cataratas.

La oferta premium está diseñada con lujo de detalles para tener todo el confort de un cinco estrellas en contacto estrecho con la naturaleza, el cuidado de la biodiversidad y gastronomía de excelencia. Treinta solícitos jóvenes están dispuestos para la atención de las diez cabañas y la cocina que mezcla la gastronomía internacional con los sabores regionales. Aunque recién ahora abrieron las puertas formalmente, el glamping ya fue visitado por turistas de Estados Unidos y Canadá, además de algunos misioneros que quisieron ser los primeros en tener la experiencia.

Ejecutivos del sector turístico, familiares, el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el ministro de Turismo, José María Arrúa, además del intendente Claudio Filippa y el presidente del Ente de Turismo Iguazú, Leo Lucas, fueron parte de la inauguración.

Esto es auténtico misionerismo. Una fábrica de trabajo”. Herrera Ahuad destacó la apuesta empresarial en un lugar complejo y resaltó el desarrollo de infraestructura, turismo y obra pública en Puerto Iguazú. Hizo hincapié en que el nuevo hotel demuestra que es posible “seguir creyendo que se puede cada día estar un poquito mejor, que se puede invertir en Misiones, no sólo generando esta maravilla de infraestructura sostenible, sustentable, sino también porque en esto hay algo que falta en la Argentina, que es trabajo”.

El glamping está ubicado en la ribera del Paraná, a escasos metros del límite con el parque provincial Puerto Península y de frente al Parque Nacional Iguazú. Son 18 mil hectáreas de selva que rodean a las 22 del nuevo hotel, que cuenta además con un circuito propio de caminatas, tirolesa y rappel para los más audaces.

Cada cabaña tiene espacio para dos personas y cuenta con todo el confort. Resisten el calor o el frío, con aislantes de polipropileno. Una enorme cama domina el centro de la escena. Al abrir la puerta, el monte está al alcance de la mano. Casi que acaricia el balcón individual reservado para disfrutar de las mejores vistas del atardecer.

Todo está pensado para incentivar la desconexión con el ajetreo diario. Las diez cabañas están escondidas en senderos marcados por huellas de animales que deambulan por el lugar. Y están identificadas con sus nombres. La iluminación es automatizada para conservar la oscuridad de la selva sin perderse en los recovecos verdes.

El glamping es un nuevo modo de hacer turismo. Y en Misiones llegó para quedarse. En Puerto Iguazú, la pionera es Patricia Durán. “Objetivo cumplido”, dice la empresaria, un poco más relajada después de la recepción al selecto grupo de invitados, entre los que estuvo Economis. Sentada en un cómodo sofá en una de las terrazas con vista al Paraná, Durán recuerda que la construcción del glamping le llevó tres años y comenzó en medio de la pandemia.

“Mucho trabajo porque no es una construcción tradicional, es una construcción que tiene muchas aristas, sobre todo teniendo en cuenta el medio ambiente, La cuestión social y sobre todo nuestra cultura local”.

Estamos en medio de la selva a orillas del río Paraná. Maravilloso el espectáculo. ¿Cómo nace esta idea de hacer un hotel en medio de la selva?

A mí me encanta siempre la innovación. Me gusta lo que no hay. Durante la pandemia me preguntaba ¿Qué puedo hacer para cambiar un poco esto que me está pasando y para un lugar como este, que estamos rodeados de selva y no impacta absolutamente nada. Fijate vos que inclusive la red cloacal va a contar con un biodigestor. No van las aguas servidas al río. Van las aguas limpias. Desde la energía, hasta la comida, todo de Kilómetro Cero -un conglomerado de productores locales-, comprarle a nuestros chacareros, a la gente local, y después con nuestros cocineros y nuestros chefs, hacer una fusión de sabores. El surubí es nuestro, pero con una fusión de sabores asiáticos, el cabure, con hongos misioneros, con una presentación también de inspiración mediterránea. Nuestra idea siempre es poner mucha técnica de cualquier parte del mundo pero que los productores nuestros estén y la comida sea orgánica y sea sustentable

¿Y el glamping? 

La idea de las cabañas en forma de hoja, no es ni más ni menos que inspirarse en la naturaleza. Es una construcción que se puede llevar a cualquier lado, es móvil, de última si uno la quiere llevar a otro lugar, no impacta en el medio ambiente. Tiene una sonorización que no se escucha absolutamente nada, y también tiene un techado que permite que cuando haga frío, sea caluroso y cuando haga calor, Toda la decoración tiene que ver con lo nuestro. También son de artistas locales los cuadros que tiene el house, las pequeñas esculturas de animales. Cada lugar que vos mires vas a decir acá hay algo presente que tiene que ver con el misionerismo Cuando hicimos esto pensamos en la reconexión.

¿Cuánto empleo generaste acá en este lugar? 

En este lugar, treinta personas. En total, son 330. Tenemos muchísimos misioneros y tenemos muchísimos de Corrientes.

Además del glamping, Durán tiene en marcha otra inversión en pleno centro de Iguazú. Un enorme mercado en el que podrá encontrarse desde delicatessen hasta cuadros y otras bellezas regionales. La apertura se hará en los próximos días. Y ya hay otras ideas en mente. “Siempre hay que invertir, pensando en el largo plazo”, sonríe la empresaria.

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