Del dolor más grande al éxito de emprender: la historia de una posadeña cuyo negocio no para de crecer
Aidee Navarrete es una mujer a quien la vida le puso una de las pruebas más grandes: perder un hijo. «Fue el primer caso en Misiones de perder en pandemia a un profesional de la salud. Mi hijo era odontólogo, se contagió de Covid y murió. Pensé que me moría con él».
Así comienza a narrar su historia esta madre, a quien el calificativo de fortaleza le queda muy pequeño. ‘Uniformes Aidee’ es el resultado de tanto dolor. Un emprendimiento que genera trabajo para muchas personas, además de acobijar también a su esposo, para juntos mitigar el dolor de la pérdida de un hijo.
«Trabajaba muy bien en la Lotería. Pero todo se había acabado para mí, me bajé de los tacos y dije para qué quiero todo si perdí a mi hijo. No quiero trabajar más y así fue que dejé todo». El mundo parecía derrumbarse para esta madre, pero en medio de tanto dolor resonó en su mente sus charlas con su hijo: trabajar y ayudar.
«Un día me levanté, sacudí un título viejo que tenía de profesora de manualidades. Así arranqué, fui a los colegios de escuelas técnicas a ofrecer un lugar para que las chicas hagan sus pasantías y transmitir todo lo que sabía. No quería cobrar», contó. «Así comencé y lentamente se fue curando mi alma y en paralelo mi marido se armó un taller para ayudar a los chicos de la EPET a armar máquinas viejas», relató sobre el inicio de lo que no imaginó que no solo curaría su alma, sino que daría trabajo y generaría más ingresos para ella y su esposo, ambos jubilados.
«No tenía plata, más que para arreglar ropa vieja, enseñar y arreglar máquinas usadas, pero esto nos mantuvo ocupados y dijimos: porqué no tener una casa de ropa para hacer uniformes y así pagar el alquiler. Y así comenzamos», recordó.
En ese espacio recibían a todos lo que sabían y querían hacer algo y además enseñaban. «Enseñábamos a cambiar cierres, arreglar ropas. Hacíamos uniformes y vendíamos a los colegios».
«Después, con ayuda del Consejo Federal de Inversiones (CFI) pude comprarme máquinas y producir más. Hoy seguimos enseñando, haciendo uniformes, concursamos con empresas grandes, vendemos repuestos para máquinas, hilo, telas, todo a un precio más bajo que en otros lugares», relató sobre la actualidad del negocio.
Con Aidee trabajan muchos emprendedores que ya generaron su propio negocio. «Les pago por producciones, aprendieron y tienen sus propias pymes y son monotributistas y yo llegué a ser Responsable Inscripta porque crecimos todos», cuenta con orgullo.
Destacó la ayuda de las mujeres y jóvenes. «Hubo una gran retroalimentación, me enseñaron mucho los jóvenes y fui aprendiendo de otras mujeres. Hoy tengo 73 años y me siento fuerte», afirmó con convicción.
«Vino mi hija, mi yerno y otras personas, tengo estudiantes de barrios relocalizados (San Isidro, A 4, entre otros). Todos van armando después sus propios negocios, yo corto, ellos fabrican. Es un gran circulo», destacó.
«Comenzamos con un local de 3 x 3 y ahora tenemos casi media cuadra de negocio», destacó Aidee, quien no sólo su historia es la clara muestra de que hasta el dolor más grande se puede aliviar, sino que no hay edad para iniciar un negocio, que de una manera u otra la vida te da la oportunidad de ir tras los sueños. Como reconoce Aidee pudo traer a su hijo de vuelta haciendo lo que siempre quiso: enseñar y ayudar a los demás a crecer.
‘Uniformes Aidee’ está ubicado en Av. Santa Catalina 1578 de Posadas. Y quienes quieren comunicarse con ella lo pueden hacer al celular (0376) 154645088.