El presidente del INYM expresó su rechazo al proyecto de desregulación de la actividad yerbatera

Consideró que perjudicaría a los pequeños productores de Misiones. Destacó el trabajo que llevan adelante el gobierno provincial y el instituto.

En Misiones, “hay 7.500 productores chiquitos que tienen menos de 10 hectáreas y 4.500 que tienen menos de 5. Dejarlos librados a la fuerza del mercado sería muy perjudicial”, advirtió el presidente del INYM, Juan Szychowski. De este modo planteó su postura sobre el proyecto de ley que presentó la diputada nacional Paula Omodeo (CREO – JxC).

La iniciativa de la legisladora, que también lleva la firma del misionero Alfredo Schiavoni, busca la desregulación económica para el desarrollo productivo. En concreto apunta a “eliminar las restricciones a la oferta de bienes y servicios en todo el territorio nacional y todas las otras restricciones que distorsionen los precios de mercado evitando la interacción espontánea de la oferta y de la demanda”.

El titular del INYM recordó un hecho importante para los productores: “haber logrado el acuerdo de precios más alto en la historia del sector”. Remarcó que “las políticas activas entre provincia y el instituto enfocadas en los pequeños productores son las que permiten que exista un precio justo para ellos”.

Estas medidas, hoy, “posibilita que los productores vivan en la chacra obteniendo beneficios reales por su trabajo”, aseguró. Por ello entiende que “esta intervención injustificada no hace más que entorpecer la interacción entre la oferta y la demanda y redunda o bien en el encarecimiento de este producto o en su desabastecimiento”.

Si bien Cambiemos no tiene la mayoría en Cámara de Diputados que le permita aprobar una desregulación, es una pequeña muestra del modelo económico al que apunta como eje en su propuesta electoral.

En defensa del productor

El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) sigue firme en la defensa del pequeño productor, el que está en las chacras y las colonias, el que se arraiga, el que hace que la renta agraria se distribuya entre muchos, en vez de concentrarse en unos pocos. Así lo señaló Juan José Szychowski, presidente del organismo yerbatero al defender esta política de Estado.

“Es importante hacer un poco de historia -señaló memorioso, Juan José Szychowski, presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM)-. Y para eso hay que ubicarse a fines de los años 90 y comienzos del siglo. La situación económica era muy mala. La hoja verde (de yerba, la materia prima) no valía nada. La política liberal había permitido que las fuerzas de mercado fueran imponiéndose. Así, el que tiene mayor poder económico influye. ¿Y qué se hizo en esos gobiernos nacionales? Se liberó la plantación. O sea, el que quería plantaba lo que tenía ganas. Naturalmente, el más poderoso plantaba mucho más porque tenía dinero y tierras para hacerlo. Y ese mismo personaje era el que importaba yerba del Brasil, por ejemplo”.

Mercados consignatarios

Y otro recuerdo más. A inicios de los años 90, se desregula toda la economía y se eliminan los Mercados Consignatarios, las Juntas Nacionales (como la de Granos). “Estas eran instituciones que mediaban porque de lo contrario -como en la ley de la selva- el poderoso, el poder económico, se imponía sobre el que vivía en la chacra”, acotó.

Y ahí Szychowski recurrió a los inicios de la provincia. “Cuando vinieron los primeros colonos a estas tierras, el gobierno (era Territorio Nacional) daba las tierras con la condición de que echen raíces. ‘Planten yerba’, exhortaban. Por qué. Porque la yerba produce arraigo. Luego, pasaba el tiempo y venían inspectores nacionales a verificar cinco años después para darle el título de propiedad. Esa gente ya había echado raíces. Las mismas que plantas de yerba”. Claro, luego vienen los que liberan todo y los terminan expulsando.

Columna del periodista Juan Carlos Arguello.

Con esos dos elementos, (la libertad de plantar todo lo que se quisiera y la posibilidad de importar), la ecuación estaba clara, para Szychowski y para el sentido común. “La abundancia de materia prima hacía que los precios bajaran. La yerba no valía nada. ¿Y qué pasaba después? Se expulsaba a los productores de las chacras y venían a acumularse en las afueras de las ciudades del interior o de Posadas”.

Por eso llega el organismo. “El INYM nace de ese reclamo de pequeños productores que se sentían amenazados. Es que ¡tuvieron que cambiar yerba por mercaderías!”, enfatizó. Y así llegó el Tractorazo en 2001. No daban más.

De allí que se defienda tanto al pequeño productor. “Y el INYM en conjunto con el gobierno de Misiones tratan de preservar al pequeño productor en la chacra, que viva en la chacra y que al vender su materia prima obtenga lo suficiente para tener una existencia con dignidad”.

 

Fuentes: Canal12Misiones.

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