“Las bacterias se volvieron resistentes a ser eliminadas por los antibióticos”

El infectólogo Gerardo Laubé habla sobre los riesgos inminentes

La automedicación y el uso indebido de estos fármacos son una de las mayores preocupaciones sanitarias. En el país buscan estrategias para frenar la problemática

El uso desmedido e incorrecto de los antibióticos acelera la resistencia a los tratamientos antibacterianos. Hace ya algunos años la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó esto como una crisis sanitaria global y manifestó además que alcanzaba niveles peligrosos en todos los rincones del mundo y es uno de los mayores desafíos para la salud.Argentina también se hace eco de esta problemática y creó en 2015 -bajo el ala conjunta de los ministerios de Salud Pública y de Agricultura, Ganadería y Pesca- la Comisión Nacional para el Control de la Resistencia Antimicrobiana (Conacra), con el objetivo de trabajar, monitorear y fortalecer las acciones para controlar el avance de la problemática.

Asimismo, fue uno de los ejes centrales en el debate de la última reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), que se llevó adelante el jueves en Puerto Iguazú con todos los titulares de las carteras sanitarias de las jurisdicciones del país.

Y en la misma línea, esta semana recibió media sanción en Cámara de Diputados  un proyecto de ley sobre Prevención y Control de la Resistencia a Antimicrobianos y ahora será debatida en el Senado.

“Es importante que se haya podido avanzar en esta iniciativa que nos va a dar herramientas para mejorar en relación a esta temática”, indicó al respecto la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, en el marco del Cofesa.

Es que el uso indiscriminado de los antibióticos, que se venden sin receta en las farmacias, se incrementó durante la pandemia y Argentina es uno de los países de mayor consumo en la región.

Sobre los riesgos, la posibilidad de la existencia de superbacterias a las que será difícil combatir y la conciencia sobre la problemática, El Territorio dialogó con Gerardo Laubé, infectólogo, profesor titular de microbiología e  infectología de la Fundación Barceló y ex jefe de guardia del Hospital Muñiz de Buenos Aires.

Actualmente se está volviendo a hablar mucho sobre el uso racional de los antibióticos. ¿Por qué es importante?

Primero porque tenemos muy pocos nuevos antibióticos, estamos usando siempre los mismos, hace años que no hay nuevas moléculas de antibióticos para tratar adecuadamente a la mayoría de los cuadros realmente graves y eso genera lamentablemente mucha preocupación, porque no tenemos herramientas terapéuticas adecuadas.

Eso ha hecho que la Organización Mundial de la Salud hace dos años haya determinado y de alguna manera alertado al mundo en cuanto a la emergencia de la resistencia a los antimicrobianos y esto se tradujo en que el Ministerio de Salud de la Nación también lo haya hecho.

¿Hay, además, un mal uso de estos medicamentos?

Los antibióticos se usan de una manera muy desmedida para una cantidad de cuadros que son claramente de causa viral, para lo que no tienen ningún tipo de utilidad. Aún peor, pueden seleccionar la aparición de cepas resistentes de distintos microorganismos en los individuos internados en las unidades de terapia intensiva o pacientes graves; lamentablemente no les podemos brindar herramientas adecuadas para un tratamiento que sea efectivo. Esa es la razón principal por la que tenemos que ser cautos en el uso.

¿Y en los niños cómo repercute?

Particularmente en pediatría hay bastante noción porque los pediatras en general somos bastante cautos en el uso de antibióticos, sabiendo que la mayoría de los cuadros que padecen del tipo respiratorio son virales y no justifican en absoluto el uso desmedido de antibióticos.

Se acostumbra a comprarlo en las farmacias por cualquier cosa sin receta…

Exactamente. Un cuadro febril no siempre es indicador de necesitar un antibiótico como analgésico ni como antifebril. A cada uno de los fármacos hay que darle la indicación precisa, correcta y específica.

Sucede que para muchos se usa como un tranquilizante, es decir, los deja más tranquilos el uso de un antibiótico. Pero la indicación tiene que ser médica y no es aconsejable que sean de venta libre, lo ideal sería que siempre sea bajo receta.

¿Considera que hay una banalización en el uso de los medicamentos?

En el caso específico de los antibióticos hay como un uso mágico, se piensa que van a solucionar gran parte de los procesos que se piensan que son infecciosos por el solo hecho de tener fiebre. Eso pasa también con muchos medicamentos, por eso deben usarse bajo prescripción médica.

¿Qué significa la resistencia a los antimicrobianos?

Eso implica que las bacterias, al verse agredidas por antibióticos, vean mecanismos para defenderse y eso hace que muchas bacterias, incluso algunas en áreas de terapia intensiva, se hayan vuelto altamente resistentes a ser eliminadas o erradicadas por los antibióticos.

Y esas bacterias lamentablemente son las que condicionan en muchos casos el futuro o son parte de las complicaciones por las cuales un paciente entra a un área crítica. Esto de alguna manera nos pone en una situación de alta conflictividad en cuanto que no podemos indicar antibióticos que ya sabemos que son prácticamente inocuos o de muy poca actividad para combatir las bacterias.

Quizás suena un poco apocalíptico, pero se habla de que una próxima pandemia podría ser causada por estas superbacterias…

Ya hay superbacterias y son consideradas resistentes a la gran mayoría de los antibióticos que actualmente se utilizan. Eso, sumado a que no hay nuevos antibióticos que estén siendo aprobados y ni siquiera investigados, nos pone en la dificultad de poder tratar muchas de las infecciones habituales de pacientes graves si no tenemos una herramienta tan útil como puede ser un antibiótico.

¿Cuál es el modo, entonces, de contribuir a que esto no se vuelva más crítico?

Lo primero es no automedicarse, esto vale como un precepto general de la medicina, la automedicación no siempre es beneficiosa. El ciudadano común desconoce si lo que está pidiendo en la farmacia le va a ayudar. Ante una patología, por más leve que sea, debe consultar a un médico, eso debe ser oportuna y obligatoriamente.


Impacto en la salud y en la economía

Actualmente se estima que mueren en el mundo alrededor de 700 mil personas a causa de la resistencia antimicrobiana.

De acuerdo con un informe publicado en 2016 del Grupo Banco Mundial titulado ‘Infecciones resistentes a los medicamentos: Una amenaza a nuestro futuro económico’, las infecciones resistentes a los medicamentos podrían causar daños económicos similares a los de la crisis financiera de 2008. La investigación muestra que un escenario de alta resistencia a los antimicrobianos podría causar a los países de ingreso bajo una pérdida de más del 5% del producto interno bruto (PIB) y empujar a 28 millones de personas, la mayoría de países en desarrollo, a la pobreza para 2050.

En un informe de marzo 2017 se estimó, mediante un escenario simulado de multirresistencia, que los gastos de atención médica, tanto públicos como privados, aumentarán con el aumento de la carga de morbilidad.

Se estima que para 2050 los costos anuales pueden exceder el 25% en países de ingresos bajos, 15% en países de ingresos medios y 6% en países de ingresos altos. Cada año, 480.000 personas presentan tuberculosis multirresistente mientras que la resistencia a los fármacos también empieza a complicar la lucha contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el paludismo.

 

Fuentes: ElTerritorio.

 

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