Kinesiología y psicología, lo más demandado en el Imefir

El instituto municipal incluye huertas agroecológicas y sumó equinoterapia para reforzar tratamientos integrales, sobre todo para personas con discapacidad

Actividades recreativas y gratuitas en Posadas

Entre los servicios gratuitos de prevención, tratamiento y atención integral que ofrece el Instituto de Medicina Física y Rehabilitación (Imefir) se encuentran propuestas recreativas además de deportivas. En pleno estallido de casos de Covid-19 y cuando se lanzó la campaña nacional de vacunación, el Imefir se convirtió en un vacunatorio en contexto de pandemia como el Multicultural en la Costanera y el Polideportivo Finito Gehrmann. Con la situación epidemiológica controlada y el retorno a la normalidad, el instituto que depende de la Municipalidad de Posadas refuerza el trabajo con la comunidad, que sobre todo demanda atención en kinesiología y psicología.

El equipo está constituido por ocho kinesiólogos, dos psicopedagogas, tres psicólogas, una estimuladora temprana, una nutricionista, un médico clínico, un trabajador social y una maestra para ayudar a los chicos con discapacidad psíquica, según detalló el director, Rodrigo Ayala.

“El Imefir siempre se destacó por ser un lugar que lo aprovecha el barrio Yacyretá, de donde viene la mayoría de nuestros pacientes. Pero hoy en día tenemos gente de todos lados, incluso de Itaembé Guazú e Itaembé Miní, y marcamos bastante entre todos los rangos etarios”, explicó Ayala en diálogo con El Territorio.

Actualmente la mayor demanda es en el área de kinesiología con unas 3.000 atenciones mensuales, mientras que psicología tiene entre 60 y 80 consultas por mes.

“Después de la pandemia las personas comenzaron a tener más problemas de ansiedad”, observó el encargado.

En este marco, se trabaja principalmente en el programa de rehabilitación poscovid: “Un kinesiólogo se dedica a la parte respiratoria y hace una rehabilitación con elementos pico flujo o flutter, que son rangos respiratorios para aumentar la capacidad del pulmón. A partir de ahí, tenemos a los profesores de educación física que colaboran para retomar la actividad con una preparación previa, porque tratamos a chicos con discapacidad”.

“La más frecuentes son discapacidades motoras, como ser un accidente cardiovascular por apoplejía o cuadriplejía. Y tenemos muchos chicos con afecciones broncomotoras de nacimiento que son pacientes crónicos, por lo que en un mismo día hacen su rutina de consultas”, comentó el director del Instituto de Medicina Física y Rehabilitación.

“Toman el lugar como una segunda casa porque se genera otro lazo con el paciente”, agregó.

Es por eso que, siguiendo el planteo de incluir actividades recreativas, la estimuladora temprana y la psicóloga infantil del instituto refuerzan la terapia del consultorio con trabajos de huerta agroecológica.

Los pacientes pueden comenzar la terapia en el lugar a partir de la derivación de un profesional especializado. Foto: Federico Gross

Asimismo, junto a la Dirección de Discapacidad de la Municipalidad se están realizando sesiones de equinoterapia, en las que “se enseña también a los padres a ver a los chicos sintiéndose más tranquilos en una actividad solos, en la que tienen contacto con los animales para abrirse un poco más”.

Para esta actividad, el Imefir, ubicado en la zona Oeste de Posadas, cuenta con una unidad de traslado ida y vuelta hasta el barrio San Isidro, que se encuentra en el Sur de la ciudad, dado que se organizan salidas en grupos de siete niños con una evaluación previa para saber quiénes están aptos para montar los caballos.

“Todas las atenciones son gratuitas, pero damos prioridad a la gente que no tiene ni un tipo de cobertura médica. Estamos de lunes a viernes a partir de las 7 hasta las 17, horario de corrido”, recordó Ayala.

Las atenciones son gratuitas, sin límites de edad se desarrollan en su sede ubicada sobre la avenida Blas Parera 5155 (entre las avenidas Aguado y Zapiola).

La huerta
La huerta agroecológica surgió en agosto del año pasado, como una iniciativa para fomentar la participación y ayudar a que las personas con discapacidad puedan potenciar capacidades y habilidades que facilitan la relación en su entorno a través del trabajo en las huertas.

Las tareas en estos espacios de siembra comunitarios son terapéuticas en su conjunto favoreciendo la socialización y la autoestima, ya que al sembrarse trabaja en la organización y estructura mental, mientras que la manipulación de la tierra ayuda a mejorar la coordinación de los movimientos.

En el predio también realizan actividades de dibujo con fines recreativos. 

 

Fuentes: ElTerritorio.

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