Innovador proyecto educativo ecológico con residuos de yerba
El proyecto ecológico “Una Sola Tierra” con impronta educacional, surgió en la Escuela Especial Nº 5 de Apóstoles. La propuesta es que los niños fabriquen macetas degradables utilizando como materia prima yerba mate usada.
La iniciativa fue creada por la docente Paola Minigozi, y contó con el apoyo de Gustavo Carballo del Rotary y los directivos de la institución. Lo que empezó como una propuesta a que se trabajen este tipo de actividades en las escuelas especiales, finalmente se convirtió en un proyecto que fue aprobado por el Concejo Deliberante.
La buena noticia es que logró aceptación y toda la comunidad educativa de la Escuela Especial Nº 5 está entusiasmada con el proyecto ambiental. “Una cuestión es que se hable de educación ambiental, o cuidar del medio ambiente, otra es llevarla a la práctica con hechos concretos, este es fundamentalmente el objetivo”, apuntó la docente.
Para conocer con mayor detalle cómo surgió “Una Sola Tierra”, PRIMERA EDICIÓN dialogó con Paola Minigozi, quien relató que había una “bajada de línea” previa, respecto a la implementación de proyectos que se debían trabajar en educación especial. Fue entonces que pensó en algo que “sea atractivo para los chicos”, y que también genere compromiso por parte de los docentes y la sociedad.
En estas circunstancias, “llega la idea con el Rotary, un amigo como Gustavo Carballo que me comenta una idea de macetas recicladas de residuos de yerba mate, entonces trabajé en base a eso y busqué transformarlo de algo útil”, relató la docente. Agregó que le llevó aproximadamente un mes “armar todo” y disminuir los residuos”.
¿En qué consiste “Una Sola Tierra”?
En instancias prácticas, la idea es que el residuo de la yerba sea reutilizado al crear las macetas, que además, estarían acompañadas de plantines nativos (como el lapacho o la pitanga), para que al degradarse no afecte a las plantas.
Paola Minigozi explicó: “Es decir con residuos de yerba mate, en vez de que los chicos lleven al basurero, la yerba se va a dejar secar aparte. Entonces vamos a armar con envases de helado, en forma casera armar las macetas una vez que estén secas. Varias colegas tienen especies nativas como ser el lapacho amarillo, nos van a dar para que podamos armar los plantines. Si otras instituciones nos empiezan a dar plantines, mejor, cuanto más, es mejor”.
En este sentido, remarcó que “se trabaja con macetas biodegradables”, y eso “llevaría meses”. Contó cuál es el objetivo inmediato: “la meta es llegar a 50, porque es un proceso lento. Con las maestras, los chicos están poniendo la yerba en el sol”.
Una iniciativa noble
A su vez, la docente reveló que también tienen previsto llevar las macetas a lugares que fueron afectados por los incendios del verano pasado, “como parte de nuestro aporte a la ecología de la región”. “En 2019 conocimos paraje Galarza, vimos todo lo afectado por los incendios. Entonces, la idea es ir a diferentes lugares y uno de ellos sería éste”, expresó.
A modo de reflexión, Minigozi se refirió a que la concientización también tiene que llevarse a la práctica: “Nosotros tenemos que trabajar con acciones no solamente decir, tenemos que inculcar a nuestros chicos y debemos ser parte de esos cambios. El momento es ahora, cuando pasan cosas, el planeta responde. Entonces es concientizar, cuando uno trabaja por este proyecto es transversal, o sea que todo el establecimiento está involucrado”.
Agregó que “es fundamental el acompañamiento de los directivos, la supervisión y la dirección de Educación Especial”.
“Nosotros como docentes tenemos que ser el cambio, este es un proceso importantísimo. Yo llevo la bandera de la Escuela Especial, me enorgullece que salga de la especial y sea algo tan grande, y que sea reconocido por el Concejo Deliberante”, concluyó.
Fuentes: Primera Edición