Mujeres rurales, claves en el desarrollo misionero

Esta semana, en el marco del Día Internacional de la Mujer, en muchos espacios se volvió a reflexionar, debatir y visibilizar acerca de los obstáculos y desafíos en cuanto a condiciones de igualdad, que aún hoy existen en distintos ámbitos para las mujeres.

En el sector productivo mundial, el rol de las mujeres es primordial ya que representan más de un tercio de la población y conforman el 43 % de la mano de obra agrícola.

En Misiones, ellas están presentes en las industrias, chacras, cooperativas, asociaciones y organizaciones rurales, generando y sosteniendo en lo cotidiano procesos productivos para el desarrollo de todas las comunidades, al mismo tiempo que; hacia el interior de sus hogares se encargan las tareas para garantizar el bienestar de sus familias, sostener la economía familiar y garantizar el cuidado de los niños y niñas.

Sin embargo, su rol sigue siendo aun hoy constantemente invisibilizado. Si se toma en cuenta el último Censo Nacional Agropecuario (CNA 2018), muestra que de un total de 22.623 explotaciones agropecuarias censadas en la provincia, solo el 17% tiene mujeres al frente de los establecimientos.

Sumado a esto, existen variadas producciones en las que la mujer tiene un rol protagónico pero únicamente hacia adentro de las unidades productivas, siendo los hombres quienes acceden a la titularidad y a los espacios de decisión.

En ese contexto, Economis comparte testimonios que grafican algunas de las tantas historias de vida que existen a lo largo y ancho de la tierra colorada y que pertenecen a mujeres rurales que promueven el arraigo rural e impulsan el desarrollo productivo.

ROLES QUE SE RECONFIGURAN. Alejandra Vonwallis, es ingeniera forestal y conduce el Grupo Forestal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Montecarlo y contó a Economis que durante los últimos años también se redefinió el rol de la mujer: “de ser mujeres rurales pasaron a profesionalizarse, y ocupar distintos cargos y eso hizo que se generen mayores espacios de participación”.

Desde su punto de vista, la mujer está integrada y una cuestión central es la personalidad. “Cómo mujer profesional que actúa en este ambiente productivo no encuentro nada de inconvenientes, para realizar  mí actividad. Allí siempre encuentro gente predispuesta a colaborar. En el trabajo de campo siempre hay ayuda de los pares y otros… me siento cómoda y logré encontrar mí lugar”. 

“Creo que si cada uno encuentra su lugar logra desarrollarse, profesionalmente bien como mujeres, hemos avanzado. Nos apoyamos entre nosotras y todo esto es producto del esfuerzo colectivo. Luego de muchos años”.

ESPACIOS DE CAPACITACIÓN Y DECISIÓN, MATERIAS PENDIENTES. Un informe del Ministerio del Agro y la Producción sobre la Situación de las Mujeres Rurales Misioneras señala que la participación de las mujeres en instancias de capacitación y entrenamiento en campo es un indicador al que hay que prestar atención: en el caso hortícola por ejemplo, se observa una participación de mujeres que alcanza el 34% y en otros casos como las capacitaciones del Programa de Producción de Granos, Forrajes y Semillas alcanzan únicamente el 21%. Al mismo tiempo, en las instancias de capacitación destinadas a profesionales, por ejemplo en el “Curso de aplicación profesional de agroquímicos” la participación de mujeres alcanza el 30%. “Este habilita la discusión en torno a que la participación de las mujeres en general en el ámbito rural (ya sean profesionales, técnicas o productoras) es menor que la de sus pares varones”, señala el informe.

En ese contexto, el gran desafío es definir cuáles son las acciones que promueven el liderazgo y la participación femenina. El trabajo sostenido de los equipos técnicos en terreno es un factor crucial en términos de crear los ámbitos propicios y lograr que las mujeres accedan a jornadas y reuniones de campo, de manera equitativa y pudiendo finalmente, apropiarse de la información necesaria para el desarrollo de sus actividades productivas.

Gabriela Flach, recolectora de hongos de la localidad de Capioví, contó que aún hay mucho por hacer para que las mujeres ocupen espacios de decisión: “nos cuesta por el sólo hecho de ser mujer… Hoy en día, muchas mujeres que por diferentes motivos tuvieron que hacerse cargo de sus chacras o establecimientos productivos, tienen un impedimento en llegar a lugares y para poder hacer lo que tienen que hacer”.

“Hay mujeres que se destacan en diferentes áreas. A mí me piden que les enseñe lo que se y la verdad que entre mujeres es muy lindo lo que pasa. Muchas tienen ganas de aprender y de salir adelante , aunque a veces no tienen las oportunidades de llegar o no se las tiene en cuenta”, ultimó.

PROTAGONISTAS. Mirta Ely, vicepresidenta de la Cuenca Ovino Caprina del Sur de Misiones, manifestó que “el ámbito rural es un lugar históricamente masculino, donde el varón era el que tomaba las decisiones, el protagonista, el que lideraba las distintas organizaciones y el que lideraba a los productores”. 

“Ahora la mujer está ocupando cada vez más esos lugares, a su vez está trabajando para hacerse escuchar. Hay muchas organizaciones en el ámbito productivo en las que la mujer participa activamente,  lleva adelante y ayuda con la organización… brinda capacitación y que se capacita… busca a otras mujeres para que se haga escuchar  y demostrar que son capaces de encarar las tareas que lleva adelante el hombre”.

“Hoy, desde mi rol como mujer productora de ovinos, me toca representar a las mujeres productoras de la Cuenca Sur de Misiones. Me toca acompañar en la Mesa de Gestión, apoyando a los diferentes productores y productoras, acompañando, escuchando. Me siento muy orgullosa de tener este papel e impulsar y ayudar a las productoras a que  no bajemos los brazos”.

Protagonista de su propia historia, desde hace tres años Mirta está al frente de la Finca Pécora, el resultado de un proyecto familiar que desarrolla junto a su esposo Mariano localizada en el Paraje Picada Polaca del municipio de Cerro Azul y abocada a la producción de ganado ovino. Según contó a Economis, en cuanto a la organización cotidiana, el trabajo es necesariamente compartido entre ambos y, si bien no tienen una división categórica de tareas con su esposo, ella está más focalizada en la administración general de la finca, al mismo tiempo que está en el corral, colaborando con la atención de las ovejas, vacunas, administración de raciones, seguimiento y control diario en general.

RANSFORMAR DESIGUALDADES EN OPORTUNIDADES. Victoria García, directora de sanidad animal del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones, explicó que desde el Ministerio del Agro reflexionan acerca de “¿cómo nos atraviesa esta segmentación, como profesionales y técnicas en la ruralidad ejerciendo roles, que históricamente fueron ocupados por hombres?… ¿Cómo nos sentimos y qué desafíos tenemos por delante?”.

“Es de suma importancia reconocer y canalizar la tarea que venimos desarrollando en cada una de nuestras áreas, que nos permite detectar situaciones de desigualdad que nos atraviesan en los distintos territorios, y nos posibilita desplegar estrategias, en red para abordar esas problemáticas de manera integral. Trabajamos en poner en valor el trabajo que realizan las mujeres rurales de manera invisible al sostener el bienestar y la vida”.

“En las últimas décadas la participación de las mujeres en la vida pública, el mundo laboral y la participación se han incrementado notablemente. Pero esa participación está signada por la desigualdad, que obstaculiza su acceso, permanencia y desarrollo, ya que hay diferencia de acceso a un mismo derecho según el género. Pensamos que cuestionar y repensar esta realidad es un paso fundamental, para llevar adelante acciones, y prácticas cotidianas,  que transformen las desigualdades en mejores oportunidades para más mujeres, generando herramientas para llevar adelante las prácticas cotidianas, desde una mirada que promueva la igualdad”. 

 

 

Fuentes: Economis.

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