Qualitech, dos décadas a la vanguardia tecnológica

Que veinte años no es nada, canta, inolvidable, Carlos Gardel. Para una Pyme, sin embargo, en la Argentina, puede ser una eternidad. Para una pequeña empresa nacida en los albores del nuevo siglo en el país de las crisis sin fin, es una muestra de resiliencia, más aún si se tiene en cuenta que lo que hoy es una normalidad, entonces era una apuesta arriesgada. Alejandro Mercanti se animó a crear una empresa tecnológica en momentos en que en Misiones ni siquiera la internet estaba afianzada. Hoy Qualitech cumple 20 años y es una empresa consolidada y en expansión.

Hablar de Internet de las cosas, de redes de wifi, de fibra óptica o sistemas tecnológicos no llama demasiado la atención. Hace 20 años era navegar sin brújula. Pero ser pioneros, en este caso, tiene recompensa. Hoy conforman un equipo especializado en Servidores y almacenamiento, IOT, Networking,  switches, routers y soluciones inalámbricas, pero también en ofrecer PCs, notebooks e impresoras, soluciones de energía e insumos.

¿Cómo fue el nacimiento, porque era 2001 en plena crisis? ¿Cómo surge la idea?

A la fuerza digamos. Yo era socio de una empresa en la parte informática. En 2001 cuando estalló todo, se llamó a una convocatoria de acreedores, entonces desarmamos esa SRL. Con una socia nos quedamos con dos escritorios y tres cartuchos. Arrancamos en medio del caos absoluto en febrero del 2002 (apenas un mes después del fin de la Convertibilidad que abrió paso a la vuelta de la inflación que todavía es un flagelo para el bolsillo argentino). Vendíamos una máquina era una fiesta, pero si vendíamos dos, era un caos, porque no sabíamos cómo reponer. Así arrancamos, a partir de ahí fuimos creciendo, obviamente con muchos traspiés, con inestabilidad.

¿Por qué la computación en ese momento? ¿Tenía conocimientos?

Soy ingeniero en sistemas, yo estudié en Tandil en Buenos Aires, después estuve viviendo en la costa atlántica, en Miramar, ahí éramos socios con un amigo, éramos parte de IBM, brindábamos servicios. Arranqué en esa zona. Después en 1997 me vine a Misiones a abrir la división informática de El Contacto (empresa que se disolvió en 2001), ahí arrancamos.

Mercanti atiende en un amplio despacho detrás de la vidriera de Qualitech. Apenas una computadora adorna el escritorio principal de la firma que tiene acción en toda Misiones y norte de Corrientes. “Me gusta todo lo que sea tecnología y los desafíos que tienen estos negocios, porque tienen mucho de ingenio, de resolver cosas, yo creo que eso nos permitió a nosotros crecer permanentemente desde que arrancamos”, define.

Se fundieron muchos en este período, además vinculados a este rubro en particular… ¿Cuál fue la clave para que Qualitech siga viva?

Nosotros tuvimos que buscar un nicho, porque siempre estuvo la competencia con Paraguay, era pelear contra Goliat, no había forma, así que no se podía competir con precios, sino que había que competir con calidad de servicios. Después empezaron a aparecer las cadenas, Garbarino, Frávega, que empezaron a competir con nosotros sobre todo con lo que tenía que ver con equipos de escritorio orientados al usuario doméstico, así que vimos que por ahí no era la cosa, en precio no íbamos a competir. Así que ahí empezamos a buscar lo que eran soluciones de valor agregado, orientarnos a lo que era mercado corporativo. Siempre estuvimos en ese mercado, de hecho, nunca hacíamos publicidad, la propagación era de boca en boca, por nuestros clientes.

La otra cosa que veíamos en el mercado local es que,  o había personas con mucho conocimiento técnico pero sin una estructura comercial, o comerciantes con escasos conocimientos técnicos que podrían haber elegido cualquier otro rubro y optaron por la tecnología. Nosotros combinamos ambas cosas, siempre buscamos tener un staff de profesionales altamente capacitados y una oferta amplia de productos.

Actualmente son seis trabajadores, varios con más de una década de antigüedad, especializados cada uno. Con ese equipo se cubre toda la provincia. “Tenemos servicios de mantenimiento en 21 puntos de la provincia. Cada tres meses se hace un preventivo. Pero si se rompió un equipo en Andresito ahora, sale una camioneta para allá. Nosotros somos chiquitos pero corajudos, hicimos obras grandes, en algunos proyectos competimos contra empresas muy grandes de Buenos Aires y terminamos ganando nosotros. Por ejemplo, cuando se concesionó la explotación del Parque Iguazú, llevamos adelante toda la parte de tecnología del proyecto, y durante quince años lo seguimos gestionando. También en la obra del Shopping Punto Iguazú hicimos toda su infraestructura de tecnología, incluyendo un anillo de fibra óptica, más de 600 puestos de cableado estructurado, redes inalámbricas, configuración de servidores, seguridad informática, etc.

¿Y cuántos clientes tienen en cartera?

Más de 200 , mantengo clientes de la época El Contacto.

Es un número grande…

Para este mercado sí, esa es otra de las cosas con las que tuvimos que pelear mucho, estamos inmersos en un mercado muy chiquitito, no nos permite especializarnos en nada, tenemos que estar muy diversificados.

El que viene quiere todo…

Si, en otros mercados tengo colegas que se especializan en algo en particular: redes, impresión, video vigilancia, etc. Nosotros tenemos que cubrir todo.

¿Es por el mercado misionero?

Es por el mercado que tenemos, no está muy desarrollado y estamos acotados geográficamente. Podemos atender eficientemente nuestra provincia y el norte de Corrientes. Y aunque Corrientes capital y Resistencia son una plaza muy interesante, nos cuesta mucho competir con las empresas locales desde acá.

Pero mal no le fue…

No, ¡para nada!

¿Cuál cree que es la clave para la continuidad y su éxito, para llegar a los 20 años en un rubro tan complejo como este?

Sin ninguna duda nuestra capacidad de transformación. Mantenernos chicos y flexibles, estar permanentemente reconvirtiéndonos, buscar en donde renovarnos.

Con nuestra capacidad de adaptación, durante la pandemia, apuntamos más al mercado de consumo. Las complicaciones de uno, pueden ser la oportunidad para otros..

Empezó en el peor momento, pero superó las situaciones más difíciles…

Si, permanentemente. Las grandes devaluaciones en el tipo de cambio que te achican el capital de trabajo, la imprevisibilidad en la disponibilidad de productos, y el permanente cambio en las reglas de juego hacen que tengas que mantenerte en un nivel de alerta constante. Yo aprendí hace un montón de tiempo que nadie nos va a resolver nada, acá lo que queda es ingeniarse, buscarle la vuelta, adaptarse permanentemente.  Me gustan los desafíos que tiene esto.

¿Cómo selecciona al equipo de trabajo?

Primero es la actitud, lo que percibo como persona. Por ejemplo, mi mano derecha en la parte comercial hoy es licenciada en Marketing, pero cuando se presentó era estudiante, con escasos conocimientos en tecnología. En esa selección tenía dos opciones: Un técnico en informática y ella. Y prevalecieron las actitudes al conocimiento técnico. Supongo que no me equivoco con esta forma de ver las cosas, en nuestro equipo la mayoría lleva muchos años.

¿Cómo ve la economía ahora, sobre todo la provincia con el cierre de fronteras y el tipo de cambio?

No sé si van a venir a comprar tecnología desde los países limítrofes, pero por lo menos no se está yendo el público local. ¿Qué va a ser de nuestro futuro? Lo veo incierto, no hay un proyecto a nivel país. Pero desde hace mucho entendimos que la previsibilidad no es algo con lo que contemos, así que aprendimos a jugar en ese escenario, a estar siempre alertas, siempre dispuestos a cambiar, a adaptarnos. Y siempre, aunque haya crisis, se pueden aprovechar las situaciones.

A los 56 años, Alejandro Mercanti no se baja de la carrera. Sigue planificando y buscando nuevos nichos. Incluso evaluando tomar más personal. “Para expandirnos y tener mayor presencia en el mercado. Pero no quiero caer en la trampa de tener un crecimiento económico  que no me permita disfrutar sus resultados, busco un equilibrio”. Son los avatares de una Pyme en la Argentina. Pero después de 20 años, hay que celebrar.

 

 

Fuentes: economis.

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